Todas las semanas se emite por el canal de YouTube de Conclusión un ciclo que busca acercar la realidad, para poder interpelarla profundamente. Es por ello que Catalejo, a lo largo de treinta minutos, aborda diversos temas ligados a la actualidad, cultura, salud, política, opinión e investigación, tratando de amplificar en todos los casos, un imprescindible debate.

En este capítulo, Gisela Gentile y Alejandro Maidana dialogaron con el biólogo y filósofo Guillermo Folguera sobre los impactos del RIGI en la reciente aprobada Ley Bases impulsada por el gobierno de Javier Milei. Una apertura indiscriminada a la ocupación y el saqueo nunca antes vista en nuestro territorio, si bien el extractivismo carece de ideología y goza de muy buena salud de los 90 a esta parte.

Se trata de un régimen que diseñó el Gobierno para atraer grandes inversiones extranjeras o locales para intentar concretar la salida exportadora implica, entre otros beneficios, otorga estabilidad cambiaria, financiera y aduanera por 30 años. Miseria planificada bajo el disfraz de “grandes inversiones”, una catástrofe social edulcorada que solo puede impulsar la lucha por la subsistencia.

La aprobación general de la Ley Bases en la cámara de senadores pese a la férrea resistencia de los sectores que se verán fuertemente golpeados por la misma, consolida y multiplica el saqueo de los bienes comunes. El agua dulce y la vida de los pueblos tienen bandera de remate, una estocada final sobre ecosistemas que en la actualidad resisten a duras penas las actividades extractivas.

Consultado sobre el acuerdo entre el oficialismo y el oficialismo blue que nada tiene de oposición, Guillermo Folguera fue contundente: “Se trata de algo gravísimo, ya que considero que se ha llevado adelante una reforma constitucional encubierta nunca antes vista. Ahora podríamos preguntarnos ¿Cómo llegamos hasta acá? ¿Qué estamos viviendo? ¿Qué es esto que está pasando? ¿Qué nos espera en el futuro? Podrí citar mi última experiencia en territorios como Catamarca, Santiago del Estero, La Rioja y en el norte de la provincia de Buenos Aires, y lo que puedo decir a manera de introducción, es que la pobreza se multiplicó”.

El dato que resaltó el docente e investigador del CONICET fue contundente sobre los índices de exclusión y pobreza. Una realidad que invita a no dudar que la lucha que se vendrá en el país bajo los delineamientos de la actual política socioeconómica, tendrá que ver sencillamente con la subsistencia. Una pelea sin cuartel contra el hambre y el desarraigo, un combate cuerpo a cuerpo con monstruosas corporaciones que vienen decididamente por un elemento vital para la vida, el agua.

Sobre como resistir los embates y organizar resistencias, Guillermo Folguera indicó que “nadie tiene el ancho de espada, no sabemos cómo salir de esta, en lo particular milito hace 30 años, comencé haciéndolo en derechos humanos y a partir del 2002 en temas socioambientales. Lógicamente hemos transitado victorias y derrotas, pero no existe una estrategia, cuando me preguntan qué hacer, respondo lo que se pueda. Si es a través de los medios alternativos, de organizaciones de base, ayudando a las personas en situación de calle, si es luchando para que no pase una minera, si es con un centro cultural, en definitiva, haciendo algo”.

Para concluir, el biólogo reflexionó con la clara intención de aportar un mensaje que pueda transmitir fuerzas en tiempos tan aciagos. “Este es un momento de actuar, tan solo basta con contemplar las personas pidiendo y en situación de calle, los pueblos enfermos por las fumigaciones con agrotóxicos, la muerte de territorios producto de la actividad minera y la escasez de agua, ríos que se van secando, kioscos con rejas en pueblos de muy pocos habitantes debido a que los pibes se encuentra mentidos en mafias espantosas y salen a buscar cualquier tipo de recursos. En definitiva, moverse a través del país nos muestra lo grave del escenario, por ello debemos movernos en alguna dirección, esto es urgente, la lucha de nuestro pueblo será por la sobrevivencia”.