Todas las semanas se emite por el canal de YouTube de Conclusión un ciclo que busca acercar la realidad, para poder interpelarla profundamente. Es por ello que Catalejo, a lo largo de treinta minutos, aborda diversos temas ligados a la actualidad, cultura, salud, política, opinión e investigación, tratando de amplificar en todos los casos, un imprescindible debate.

En este capítulo, Gisela Gentile y Alejandro Maidana dialogaron con la jueza de Menores María Dolores Aguirre Guarrochena con el fin de profundizar un tema del que mucho se habla pero poco se reflexiona, la baja en la edad de imputabilidad.

En los últimos días el ministro de Justicia Mariano Cúneo Libarona, adelantó que una de las ideas que está en evaluación es lograr una modificación en la ley que permita bajar la edad de responsabilidad penal, de los 16 a los 14 años.

Debido a ello, vuelven a surgir preguntas que buscan tener respuestas concretas ¿Juzgar y encerrar a niños y jóvenes cada vez más chicos resuelve el problema de la inseguridad previniendo el delito? O solo profundiza la criminalización de los pobres por el solo hecho de serlo, por sus caras, su vestimenta, por el lugar que habitan y elude una responsabilidad central del Estado que es garantizar el ejercicio pleno de los derechos de los niños.

«Los tres candidatos presidenciales que sacaron mayor cantidad de votos coincidían en la baja de edad de responsabilidad penal, siendo propuestas que tienen una enorme capacidad de captar votos y tener un rédito político» sentenció Aguirre Guarrochena.

Las estadísticas oficiales señalan que los delitos graves cometidos por menores de 16 años son realmente insignificantes. «Existe un imaginario muy romantizado de estos espacios donde van los menores que cometen delitos, como si fueran a una granja con conejitos y esto no es así.  Son lugares donde hay puertas, muros y rejas de encierro».

«La palabra reinserción es un concepto vacío en donde nadie sabe precisar bien a qué se refiere, qué significa resocializar, cuáles son los parámetros. Estas palabras que suenan tan lindas son las utilizadas por Libarona para alivianarlo. Y es allí donde las personas que no saben qué es, la rellenan con sus propias fantasías e ideales de lo que debería ser. Y entre lo que es y debería ser hay una gran distancia«, concluyó.