MIéRCOLES, 27 DE NOV

La Escuela Municipal de Actividades Náuticas resiste un nuevo avance del sector privado

El libre acceso al río en la ciudad de Rosario, vuelve a escribir un renovado capítulo en la disputa entre lo público y lo privado. Bajo este escenario, un espacio sumamente necesario pende de un hilo. “Debemos tener la certeza que a nuestro lugar no lo van a tocar como ya lo han sabido hacer en beneficio de los privados”, sostuvo María Victoria Pradi.

Por Alejandro Maidana

Dentro del Balneario La Florida funciona un espacio donde las personas pueden acceder a actividades públicas gratuitas a nivel municipal, como por ejemplo las náuticas. Allí también funciona un lugar para los chicos con distintas discapacidades denominada los pececitos, sumado a Río Rosa que es una Fundación dedicada a las chicas con cáncer de mamas, estos tres espació que confluyen en uno mismo están siendo avasallados.

Quiénes sostienen con el cuerpo y el corazón este espacio físico, se encuentran en alerta permanente, ya que existe una intención manifiesta de correrlos de ese lugar. Un espacio ganado a través del derecho y el compromiso al poder gozar de una actividad inclusiva en donde la accesibilidad es el faro a defender. La opulencia e impunidad de los sectores privados que se encuentran compartiendo esa porción de arena y agua, van ganando silenciosa e inescrupulosamente terreno.

Debido a este avance sigiloso pero firme, quiénes no piensan claudicar en la defensa de su actividad se han organizado con la intención de visibilizar y resistir los distintos embates que se dan ante un abominable silencio del estado municipal. Convicción, pasión y profundo amor por la actividad abrazada es lo que define a quienes no piensan ceder un ápice en lo que parece ser un nuevo capitulo de una novela en donde la privatización de la vida, sigue siendo el argumento principal.

La Escuela Municipal de Actividades Náuticas de Rosario resiste, lejos de entregar ese pedacito de una costa privatizada hasta la médula, se organiza y busca visibilizar la importancia de preservar ese espacio gratuito en tiempos donde el sálvese quien pueda busca imponerse. Las distintas realidades que hacen usufructo de la escuela de canotaje, no pueden pensar sus días sin la permanencia en ese terruño. Un sitio de todos, atrincherándose para bancar el ataque de la avaricia de unos pocos.

En la escuelita la excusa es aprender a remar, pero que en realidad la enseñanza más importante tiene su anclaje en la unión, la contención y el respeto por el ambiente, la integran entre 200 y 300 personas en la temporada estival. “Somos muchos los que disfrutamos de este lugar que tanta pertenencia nos ha generado, nos genera mucha incertidumbre y preocupación los diálogos sordos con los funcionarios públicos, ya que no tenemos aún una respuesta concreta. Es preciso destacar que nosotros ya hemos sido corridos de nuestro lugar inicial, ya que la irrupción de un privado en el mismo sitio, sirvió de excusa para obligarnos a abandonar nuestro primer espacio”, le dijo a Conclusión María Victoria Pradi, quien como alumna no dudó en salir a manifestar su preocupación.

Así fue como de un día de para el otro según relatan quienes vienen participando de la escuela hace mucho tiempo, debieron trasladarse a la fuerza y sin poder exigir explicaciones. “Nos dejaron sin nada de un momento para el otro, contemplando que nuestras herramientas de trabajo ya no se encontraban en el lugar. Hoy resistimos en un quinchito 3 x 3 a duras penas, si bien es muy pequeño, nos organizamos allí después de ser desalojados. Cabe destacar que allí compartimos charlas, reflexiones, todo esto mas allá de las actividades náuticas que llevamos adelante, lamentablemente hoy el fatídico run run de que vienen nuevamente por nosotros comenzó a sonar generándonos muchas angustia y preocupación”.

La duda volvió a ganar terreno, pero no tanto como los que han ganado los privados sobre el río. “Han vuelto a pulular esas medias voces en donde se habla nuevamente el retiro de nuestras perchas y la posibilidad cierta de que en ese lugar comience a funcionar un gimnasio, no podemos permitir que los privados sigan ganando terrenos que nos pertenecen a todas y todos. La municipalidad debe permitir que un espacio público como lo es todavía La Florida, siga siendo en una porción, patrimonio de la escuelita en donde por ejemplo yo, soy una feliz alumna del lugar. Hoy somos nosotros, quiénes utilizamos el lugar, los que nos hemos puesto la lucha sobre nuestros hombros. Esta debe ser una causa que atraviese no solo al gobierno de turno, sino a todos los que se sucedan, es imperiosa la necesidad de darle un marco legal. Debemos tener la certeza que ha nuestro lugar no lo van a tocar como ya lo han sabido hacer en beneficio de los privados”.

 

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