MIéRCOLES, 27 DE NOV

Sin diarios por el día del canillita: las noticias en los portales digitales

Hoy, como cada 7 de noviembre, se celebra el Día del Canillita por lo cual no habrá diarios impresos y será tarea de los medios digitales mantener la noticia al día.

El Día del Canillita comenzó a festejarse hace 67 años -el 7 de noviembre de 1947- en memoria de la muerte del dramaturgo uruguayo Florencio Sánchez, autor de la obra teatral «Canillita», cuyo personaje era un chico que voceaba diarios por la calle.

El Día del Canillita fue fijado para el 7 de noviembre, fecha de la muerte del escritor. Perseguido en Uruguay por sus ideas políticas -era anarquista- Sánchez recaló en Rosario, donde en 1902 asumió como secretario de redacción de La República, donde duró poco, ya que cuando los trabajadores del diario entraron en huelga, él adhirió también.

Inspirado por el ambiente periodístico, en sus ratos libres escribió una pequeña pieza teatral, cuyo personaje era un niño vendedor de diarios. La tituló «Canillita», conmovido por las piernas flacas de los diarieros rosarinos. Pero también, porque en invierno los veía con las narices chorreando como una canilla.

«Canilla» deriva del latín «canella», que significa «cañita» en español. Una de sus acepciones es «hueso largo de la pierna» y otra, dispositivo que «bloquea o libera la salida del agua».

En homenaje al escritor, en la fecha de su muerte se conmemora el Día del Canillita, tanto en la Argentina como en el Uruguay.

Canillitas en Argentina

La primera vez que en Argentina se escuchó vocear a uno de ellos fue el 1° de enero de 1898: «Compre La República», «La República, a medio peso», gritaban, para asombro de los transeúntes.
El diario, que había aparecido ese día en Rosario, fue fundado por Lisandro De la Torre, quien acababa de distanciarse de la Unión Cívica Radical (UCR).

De la Torre le confió la dirección del diario a Manuel Bilbao, quien ideó esa forma de venta directa. Hasta entonces, los periódicos se repartían por suscripción a través del correo, lo que llevaba a leerlos con atraso, a menos que se los buscara en la imprenta.

A Bilbao se le ocurrió que la venta ambulante sería un buen negocio para la empresa -el chico cobraba menos que el correo- y para el lector: recibiría el diario en el acto y más barato.

Tan grande fue el éxito, que la competencia copió el sistema de inmediato. Así, en razón de la miseria imperante, surgió un nuevo oficio, aun sin nombre, conformado por cientos de niños y jóvenes que se ofrecían a vocear los títulos en la calle para vender la noticia fresca, con tal de arrimar unos centavos al hogar.

Para acortar el recorrido y llegar antes, los chicos viajaban colgados de la parte trasera de los tranvías: trepándose, llegaban rápido al centro, donde a la salida del teatro y del cabaret las ventas se multiplicaban.

Con el tiempo, aparecieron los primeros puestos callejeros fijos, cuya posta fue preciso disputar a golpes o pagando el favor policial, hasta que el coronel Juan Domingo Perón, por aquel tiempo secretario de Trabajo, le aconsejó al que le proveía los diarios: «Hay que sindicalizarse». Así, cada posta se normalizó.

¿Quién les puso el nombre de «canillitas»? Lo decidieron ellos mismos en 1947, en honor a Florencio Sánchez, nacido en Montevideo, Uruguay, un 17 de enero de 1875, quien así los había bautizado.

En celebración del día, no habrá diarios impresos en todo el país y será tarea de los diarios digitales mantener a la ciudad con la noticia al día. El trabajo será más duro para ellos durante la jornada de hoy, ya que no contarán con el soporte que les provee el diario en papel.

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