VIERNES, 29 DE NOV

Al menos 20 muertos por explosiones en una escuela para niños chiitas en Kabul

El número de ataques de este tipo en Afganistán disminuyó tras la toma de poder de los talibanes el pasado agosto y la retirada total de las tropas estadounidenses, tras 20 años de presencia en el país y de un conflicto permanente.

Al menos 20 personas murieron este martes y otras varias decenas resultaron heridas – se presume que la mayoría son niños – en al menos tres explosiones en una escuela de un barrio de Kabul, mayoritariamente poblado por miembros de la perseguida y castigada comunidad chiita hazara, anunció la televisión afgana.

Dos bombas caseras estallaron frente a la escuela Abdul Rahim Shahid, del vecindario Dasht-e-Barshi, en el oeste de la capital afgana, y si bien en principio fuentes policiales confirmaron seis muertos, el canal televisivo 1TV News elevó la cifra a «más de 20» citando testimonios recogidos en el lugar, refirió la agencia de noticias rusa Sputnik.

Imágenes publicadas rápidamente en redes sociales mostraban este martes a varios cuerpos de alumnos en el piso en medio de charcos de sangre, libros quemados y mochilas escolares destruidas.

Todo comenzó con al menos tres detonaciones consecutivas.

«Tres explosiones en la escuela superior Abdul Rahim Rashid en el distrito 18 provocaron víctimas entre nuestros compatriotas chiitas», dijo un comunicado de la policía citado también por la agencia de noticias alemana AFP.

Dasht-e-Barshi alberga a numerosos miembros de la minoría hazara, marginada y perseguida desde hace muchos años en este país, de mayoría sunita.

Las explosiones tuvieron lugar cuando los niños salían de clase, contó un testigo a la AFP.

En imágenes que circulan por las redes sociales se ven cuerpos tendidos en el suelo a la entrada del recinto, entre charcos de sangre, libros quemados y mochilas escolares desperdigadas.

Los heridos fueron trasladados a hospitales, mientras que los talibanes – que gobiernan Afganistán – impidieron a los periodistas acercarse a ellos.

El número de ataques de este tipo en Afganistán disminuyó tras la toma de poder de los talibanes el pasado agosto y la retirada total de las tropas estadounidenses, tras 20 años de presencia en el país y de un conflicto permanente.

Los ataques que se han perpetrado en los últimos meses han sido mayoritariamente reivindicados por el Estado Islámico-Khorasan (EI-K), rama del grupo yihadista que opera en Afganistán.

Los talibanes aseguran haber derrotado a este grupo, pero los analistas estiman que sigue siendo la mayor amenaza de los actuales dirigentes de Afganistán.

El barrio de Dasht-e-Barshi ha sido escenario de diversos ataques reivindicados por el grupo EI-K, que considera a los hazaras como herejes.

En mayo de 2021 se produjo una serie de explosiones frente a una escuela de niñas en este mismo vecindario, que causaron la muerte de 85 personas, la mayoría alumnas de la escuela, y más de 300 heridos.

Primero explotó un coche bomba en el exterior del centro y luego estallaron otras dos bombas, mientras los estudiantes salían corriendo.

Se sospecha que el grupo EI, que reivindicó la autoría de un atentado en octubre de 2020 contra un establecimiento educativo (24 muertos) en la misma zona, habría perpetrado este ataque.

En mayo de 2020, en el mismo vecindario, un grupo de hombres armados atacó una unidad de maternidad gestionada por Médicos Sin Fronteras a plena luz del día, matando a 25 personas, entre ellas 16 mujeres, algunas de las cuales estaban a punto de dar a luz.

Nadie reivindicó el atentado, pero Estados Unidos lo atribuyó al grupo EI.

Los propios talibanes también solían atacar a los chiitas afganos miembros de la comunidad hazara, que representa entre el 10 y el 20% de la población afgana (unos 40 millones de habitantes).

Los talibanes intentan restar importancia a la amenaza del EI-K y libran una batalla sin cuartel contra el grupo desde hace años.

En los últimos tiempos, han intensificado las redadas y han detenido a cientos de hombres acusados de ser miembros.

 

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