MIéRCOLES, 27 DE NOV

«Servir con dinero a los pobres es como depositarlo en el banco de Dios», sostuvo el presidente del Episcopado

Monseñor Oscar Ojea aseguró que "necesitamos más que nunca liberarnos de la esclavitud del dinero y poner el corazón en Jesús".

 

El obispo de San Isidro y presidente de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), monseñor Oscar Ojea, instó este domingo a «rehacer y reconstruir nuestro mundo, nuestra Patria» y afirmó que «salir de esta situación de crisis tremenda en la que vivimos como personas, como comunidad, como país, es posible solamente con la fuerza de Dios».

Además, el prelado aseveró que «necesitamos más que nunca liberarnos de la esclavitud del dinero y poner el corazón en Jesús».

Ojea expresó estos conceptos en su reflexión semanal difundida por la agencia católica AICA, en la cual recuerda que Jesús le dice a un hombre joven que se arrodilla ante él: «Toma tu dinero y dáselo a los pobres, después ven y sígueme».

«Este servir con nuestro dinero a los pobres es como depositarlo en el banco de Dios, donde está tu tesoro, allí está tu corazón; ‘es más feliz el que da que el que recibe’, va a decir San Pablo como Palabra de Jesús. Este hombre tenía su corazón atado al dinero, el dinero era como un ídolo, tenía temor de desprenderse y entristecido se alejó», indicó el obispo.

Y sostuvo que «nosotros en medio de la pandemia, y al ir concluyendo si Dios quiere la pandemia, tenemos el corazón triste; nos hemos visto defraudados en tantos sentidos, necesitamos más que nunca liberarnos de la esclavitud del dinero y poner el corazón en Jesús».

«Cuando Jesús dice ‘toma el dinero y dáselo a los pobres’ no lo está diciendo para que los pobres sigan siendo pobres, sino que lo está diciendo para poder librar, con mi aporte, a los pobres de su miseria. Lo está diciendo para que mi corazón tenga la grandeza de poder recibir la riqueza de lo que ellos me puedan dar porque no puedo pensar que ellos no tienen ninguna riqueza para darme; no puedo ayudar de arriba hacia abajo como si yo fuera el omnipotente que da un beneficio», advirtió.

También instó a «salir de la tristeza» y en ese sentido dijo que «tenemos que pedirle al Señor poder remontar este efecto de la pandemia y trocarlo en una motivación hermosa para poder rehacer y reconstruir nuestro mundo, nuestra Patria».

Además advirtió que «no se puede servir a Dios y al dinero» pues «el dinero encandila con su aparente luminosidad, pero después no podemos poner el corazón en lo que termina dando tristeza, sino que tenemos que aprender a poner el corazón en lo que realmente vale la pena y que me trae el sentido de la vida humana, en Jesús».

«Salir de esta situación de crisis tremenda en la que vivimos como personas, como comunidad, como país, es posible solamente con la fuerza de Dios; Él hace posible lo imposible. Busquemos cómo poner el corazón de verdad para obtener de alguna manera una libertad, un coraje y una fortaleza que necesitamos todos para emprender con esperanza el camino de nuestra reconstrucción», concluyó Ojea.

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