MIéRCOLES, 27 DE NOV

Newell’s se acordó de jugar demasiado tarde y cerró un semestre para el olvido

Los pibes leprosos pusieron la cara y lucharon hasta el final por el equipo que dirige Germán Burgos, que igualmente despidió una temporada llena de frustraciones.

 

Newell’s se acordó de jugar demasiado tarde pero no le alcanzó, ya sea para superar al Goianiense en el Coloso, ya sea para avanzar a la próxima ronda de la Copa Sudamericana, y la sensación que deja es negativa por todo el contexto que la rodea.

Es que esta eliminación se suma a las anteriores frustraciones deportivas que había sufrido en el plano local, mientras la imagen del entrenador Germán Burgos -al menos en la mirada del hincha- no termina de afianzarse desde el banquillo rojinegro.

Analizando propiamente el partido de esta noche, aunque poco sentido ya tiene, puede advertirse que hubo un progreso a partir de un cambio sustancial: la vuelta a la línea de cuatro, que le dio mejor dinámica en la mitad de la cancha y también estabilidad.

Los juveniles rojinegros se cargaron la situación al hombro ante la falta de referentes en cancha, y si bien arrancó el partido con cierto desconcierto defensivo, se acomodó a partir del dominio del balón y profundizó en contadas pero peligrosas expediciones.

En la primera parte, no obstante, le faltó un cerebro en la zona media para el armado del juego, como lo era Pablo Pérez y como lo fue Fernando Belluschi en el complemento, ya que Nicolás Castro no pudo asentarse de la mejor manera para su tarea.

En este marco fue que emergió la figura de Julián Fernández, correcto en los relevos y en el nacimiento de las jugadas, y se encontró con el merecido gol de Justo Giani aprovechando el desordenado retroceso del rival brasileño, que en faceta defensiva fue muy flojo.

Otros jugadores que no encontraron sus rendimientos habituales fueron Jonatan Cristaldo, Luciano Cingolani y Ramiro Sordo, pero los cambios dispuestos por el Mono le hicieron bien al desarrollo, más allá de que justo se haya topado con el empate visitante.

Vale destacar como positivo que por primera vez en mucho tiempo, Newell’s no tuvo peligro sobre el arco defendido por Alan Aguerre y gravitó en el de enfrente, pero le faltó chispa para terminar las jugadas y se terminó quedando con las manos vacías.

En líneas generales, el elenco del Mono cerró un semestre para el olvido donde la mayoría fueron pálidas y donde el futuro, tanto dirigencial por la suspensión de las elecciones como futbolística por lo que hará Burgos, es una gran y angustiante incertidumbre.

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