JUEVES, 28 DE NOV

Pacificar las calles: repensar el espacio vial es volver a pensar en comunidad

De cara a la Semana Mundial de la Seguridad Vial, desde la ONU impulsan una campaña para generar consciencia y agrupaciones de Rosario y otras ciudades, como Córdoba, se unen por la humanización de un debate necesario en sociedades cada vez más violentas.

 

Tres organizaciones sociales de distintas ciudades de nuestro país, activistas para la disminución de la violencia vial, se unen en un llamamiento humanitario y urgente en una sociedad cada vez más violenta y deshumanizada, en el marco de la campaña mundial “Calles para la Vida”, organizado por la ONU en la Semana Mundial de la Seguridad Vial.

Desde este lunes 17 al 23 de mayo, las ONG argentinas Compromiso Vial, Conduciendo a Conciencia y Foro de Familiares de Víctimas de Siniestros Viales provincia de Córdoba proponen llevar adelante acciones con el propósito de solicitar la pacificación de las calles en Argentina mediante la reducción, el diseño y la implementación de límites de velocidad que sean seguro para todos.

Para profundizar sobre las motivaciones de la campaña y sobre todo en la urgencia de matizar con rasgos de humanidad los debates en torno a la convivencia en comunidad, entre cuyas facetas se encuentra claro la seguridad vial, Conclusión dialogó con Marcela Alejandra Alfaro, quien es presidenta del Foro de familiares de víctimas de siniestros viales de la provincia de Córdoba además de ser licenciada en Psicología.

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A la hora de resaltar la necesidad de difundir todo lo posible iniciativas de este tipo, expuso que “la violencia en el mundo está en aumento permanentemente” y el campo vial es un lugar especial “porque es mío, pero es de todos”.

“Es un campo anónimo, y el consumo y el uso que se hace de él, es un espacio provisorio para la actuación de los impulsos agresivos. Hay un desmedro a la vida de los demás y es un llamado a la humanización del espacio social por donde transitamos. Es un llamado a que tengamos la equidad para poder transitar libremente, todos los ciudadanos, en la forma que puedan trasladarse o transitar, y justamente los mayores afectados son aquellos que tiene menor capacidad de aguante en un choque. No es lo mismo chocar una camioneta contra otra camioneta, que una camioneta a un peatón, a un ciclista o a un motociclista”, ahondó.

¿Qué consumo hacemos de estos objetos que son los vehículos en esta sociedad moderna?, se preguntó Alfaro, quien es madre de una víctima vial. Y se responde: “Es un objeto de consumo donde terminamos consumidos nosotros mismos. El otro no es visto como un semejante”.

Para pensar la salida de ese escenario, angustiante de por sí, la también psicoanalista cree que “entre todos podemos humanizarnos”.

“Si bien es cierto que lo técnico (tecnológico) ha venido a facilitar los modos de traslado naturales al hombre, cuando se hace un mal uso de eso termina destruyendo al hombre. El otro no importa, soy yo primero. El marketing para vender vehículos tiene representaciones que van implícitas en comprar este o el otro. Los mensajes que envían es que son más fuertes, que van tener más mujeres. Tiene un erotismo que hace que ese objeto sea precioso y la gente no reflexiona sobre esto”, desglosó.

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En ese sentido, la referente cordobesa por la seguridad vial sostuvo que con estas campañas lo que están buscando “es que se reflexione sobre esta práctica cotidiana, familiar, nuestra”.

“En Argentina todos somos Fangio, yo primero, en las redes se quejan, tienen cero registros de que no es lo mismo chocar a 30 km que chocar a 50 o 100 km por hora. Seguramente la otra persona va a quedar lastimada o va a perder la vida o un miembro de su cuerpo. Crean dificultades a nivel familiar, para contener a quien queda lesionado, o las secuelas de aquellos que perdimos a un familiar directo. Eso no lo piensa un conductor que va alcoholizado o con consumo de drogas, actuando en su momento de felicidad plena, tan acorde a estos tiempos donde se nos vende una idea de libertad, creemos que hacemos lo queremos y no es así. Es insistir, persistir, implicando a los gobiernos también para que tomen medidas como las de Rosario con el Alcohol Cero en la conducción, actuar con responsabilidad, ética. Somos cuerpos en movimiento cuando estamos transitando, de la forma que sea, es un sistema de cuerpos en movimientos que tiene que tener una lógica y que tiene que poder prever las consecuencias si asumen esos riesgos”, precisó.

Alcohol Cero

Recientemente comenzó a regir en la ciudad de Rosario una ordenanza votada por el Concejo Municipal que prohíbe el consumo de alcohol al volante. Antes se permitía un 0.5 en sangre a la hora de realizar los controles pertinentes.

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Hubo debates y argumentos en contra, especialmente desde sectores gastronómicos. En Córdoba, así como en otras provincias, rige a nivel provincial una normativa similar.

“En Córdoba tenemos el Alcohol Cero -en la provincia- aprobado hace varios años. Lo que estamos tratando es que algunos municipios hagan lo mismo, sobre todo en la ciudad de Córdoba, que es donde la mayoría de los siniestros viales ocurren con frecuencia. De todas formas, el Alcohol Cero en la provincia fue acompañado con medidas muy drásticas de la Policía Caminera, a nivel de control y sanción, y ha dado buenos resultados, dentro de lo que se va investigando a lo largo de estos siete años”, contó Marcela Alfaro.

No obstante, puntualizó: “El drama sigue siendo en las localidades, porque hay caminos que son comunales. Entre ciudades pequeñas hay mucho intercambio y transito sobre todo a la hora de realizar en actos sociales como fiestas, recitales, o peñas, y allí si sigue habiendo siniestros viales donde está implicado el alcohol”.

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