LUNES, 02 DE DIC

La resurrección de Jesús muestra que podemos luchar contra la tristeza y el dolor

El conferencista Gary Zimak señaló que el día a día puede estar lleno de retos que generan tristeza y dolor, pero la tumba vacía y la certeza de la resurrección de Jesús permite ver las dificultades de la vida con otros ojos.

En un artículo de National Catholic Register, Zimak indicó que mantener “una actitud positiva frente a la adversidad” no es algo fácil, pero con “la gracia de Dios” se puede lograr responder de manera diferente a los problemas de la vida.

El conferencista indicó que es difícil apreciar la grandeza de la resurrección de Jesús, porque lo aceptamos como un hecho simple o histórico y no vemos su impacto en los primeros discípulos que estaban llenos de dolor y desesperanza frente a la muerte de Cristo y la tumba vacía.

“Para ellos, fue una señal de fracaso y decepción. Contemplar su cuerpo sin vida y una tumba vacía provocó sentimientos de desesperanza. El Salvador del mundo estaba muerto y toda esperanza se había ido”, resaltó.

Una muestra de ello es la reacción de María Magdalena que al encontrar el sepulcro vacío cuando fue a ungir el cuerpo de Jesús, a quién consideraba muerto, comenzó a llorar porque “supuso que alguien se había llevado el cuerpo”.

“Se sintió extremadamente triste y desesperada. Jesús no sólo estaba muerto, sino que su cuerpo había desaparecido”, señaló el conferencista.

Zimak indicó que, al igual que María Magdalena, las personas pueden a menudo asumir lo peor cuando se encuentran en una situación difícil y advirtió que “si no tenemos cuidado, nuestras emociones pueden sobrepasarnos y llevarnos a la desesperanza”.

“El sentir que estoy condenado o que una situación no tiene esperanzas no lo hace realidad. En pocas palabras, los sentimientos no son hechos”, subrayó.

El conferencista indicó que este concepto “es el secreto para vivir en paz” y señaló que perdió muchos años viviendo lleno de tristeza al tratar sus sentimientos como la verdad absoluta.

Otro ejemplo del miedo y tristeza luego de la muerte de Jesús son los dos discípulos en el camino a Emaús y los apóstoles escondidos. Todos ellos se encontraban asustados porque “no podían creer que Jesús realmente se levantó de entre los muertos”.

“Al igual que tú y yo, los seguidores de Cristo ignoraron la única evidencia que nunca debe ignorarse. No importa cuántos problemas y obstáculos ‘imposibles’ esté enfrentando, no crea cuando sus sentimientos le intenten decir que no hay esperanza”, remarcó.

“Piense en la tumba vacía. Está vacía y falta el cuerpo de Jesús, pero es porque ha tenido lugar un acontecimiento inimaginable. Jesucristo ha vencido a la muerte y resucitó de entre los muertos. Si Cristo pudo hacerlo, ¡todo es posible!”, concluyó.

Fuente: aciprensa.com

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