La querella sostiene que el cuerpo de Carlos Orellano tenía golpes compatibles con una toma mortal
De acuerdo a lo revelado por el representante legal de la familia de Bocacha, los preinformes de algunos de los análisis que realizaron en Buenos Aires peritos de la Corte Suprema de la Nación, confirmarían que el joven tenía "golpes en las piernas, zona lumbar, en la cara, en el cuello y en el hemitórax".
El abogado Salvador Vera, representante legal de la familia de Carlos «Bocacha» Orellano, el joven que desapareció en febrero pasado tras haber pasado una velada en el boliche Ming River y fue hallado muerto en el río Paraná dos días después, reveló a los medios que, de acuerdo a los preinformes de algunos exámenes realizados sobre el cuerpo, el joven tenía «golpes en las piernas, zona lumbar, en la cara, en el cuello y en el hemitórax».
La querella sostiene que el cuerpo de Carlos Orellano tenía golpes compatibles con una toma mortal
— Conclusión (@ConclusionRos) January 12, 2021
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En diálogo con el portal Rosario 3, Vera dio cuenta de que, si bien faltan los análisis de diatomea, genética y ADN, los informes a los que hasta ahora han tenido acceso son los físico-químicos y citológico, radiología e histopatología. Tras revisarlos, Vera señaló que Carlos Orellano presentaba golpes «en la zona posterior de ambas piernas, en la zona lumbar, en la cara, en ambos laterales del hemitórax y en la parte frontal, y en el cuello». En ese sentido, hizo referencia a lo ya dicho por Virginia Kreimer, perito de la parte, que algunas de las hematomas son compatibles con la toma llamada «Mata León», en tanto que los otros golpes corresponden a «agresiones».
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El abogado apuntó que esperan que la próxima semana ya estén listos los informes de diatomea – se trata de un alga que puede estar presente en el cuerpo de una persona que falleció ahogada – y el de genética.
Una vez que todo el material esté en mano de los peritos del Instituto Médico Legal, se analizarán los resultados junto con la autopsia.
La investigación por la muerte de Carlos Orellano ha avanzado muy lentamente desde el hallazgo de su cuerpo en el río Paraná. Recién en el mes de diciembre, casi un año después de su muerte, hubo movimiento en la causa cuando cuatro policías fueron imputados, dos por omitir información y falsear un acta y dos por incumplimientos de deberes de funcionario público y falsedad ideológica. Uno de ellos se encuentra detenido y los otros tres cursan el proceso en libertad. Cuatro días después de esa audiencia, la Justicia realizó la reconstrucción de las últimas horas de vida de «Bocacha».