MARTES, 26 DE NOV

Trío sexual, drogas, puñaladas, extorsión policial y una emboscada: un caso de película en Bahía Blanca

Tres oficiales de la bonaerense fueron detenidos en un operativo acusados de extorsionar a un odontólogo, al que le pidieron 2.000 dólares a cambio de no imputarlo en una causa por drogas tras una jornada insólita.

 

Un caso digno de Hollywood. Tres policías de la bonaerense que se desempeñaban en la ciudad de Bahía Blanca fueron detenidos acusados de extorsionar a un odontólogo, al que le pidieron 2.000 dólares a cambio de no imputarlo en una causa por drogas tras una jornada de hechos increíbles, informaron hoy fuentes judiciales.

A raíz del hecho, la Justicia allanó la seccional quinta de Bahía Blanca, secuestró un teléfono celular propiedad del jefe de la seccional -quien solicitó una licencia- e incautó los libros de guardia y varias actuaciones que nunca fueron comunicadas a las fiscalías, agregaron los voceros.

Los policías acusados fueron identificados por las fuentes como Daniel Enrique Dupré, Cristian García y Matías Guerra Velarde, quienes se desempeñaban en el servicio de calle de esa dependencia, a cargo del comisario Nicolás Pérez, y fueron detenidos por la Policía Federal en momentos en que iban a recibir 2.000 dólares producto de la extorsión.

El hecho, que fue dado a conocer hoy, ocurrió el pasado viernes y concluyó con un operativo desplegado por los federales para atrapar in fraganti a los policías en el cruce de las calles Perú y Zellarrayán, a pocas cuadras del centro bahiense.

El hecho

Todo comenzó el jueves a la noche a partir de un episodio en una vivienda del barrio Patagonia de Bahía Blanca, jurisdicción de la comisaría primera.

Según lo establecido en la pesquisa, hubo un robo en una casa durante el cual una mujer resultó lesionada, por lo que fue llevada a un centro asistencial por su pareja, que es odontólogo.

No obstante, el portal local LaBrujula24 reportó que, originalmente, esa noche el “profesional de la odontología estaba con su novia y una amiga” y “hacía varias horas que la venían pasando muy bien en la intimidad”, cuando “en un momento y a pedido de uno de los integrantes del trío, llegan a la casa otras tres mujeres”, que “eran dealers que acercaban un encargo” de droga que habían realizado.

En la transacción por la cocaína, agreden a las compradoras. A la pareja del profesional, de 19 años, le dan dos puñaladas: en la mano y en el glúteo. A la otra dama, un puñetazo. La fiesta terminó mal… Tras el violento episodio, una ambulancia traslada a la joven que había recibido los puntazos a la clínica de Osecac. Allí es atendida, curada y esa misma noche dada de alta ya que la profundidad de los cortes no ameritaban prolongar su internación”, relata el texto periodístico sobre los hechos, asegurando que es allí, “mientras el profesional aguardaba en la sala de espera a su joven novia”, cuando “recibe la visita de dos policías que le dicen que a la mañana siguiente iba a tener que ir a declarar a la comisaría quinta”.

Volviendo a las voces oficiales, un investigador judicial contó a Télam que la persona fue a realizar la denuncia «y a partir de ese momento los efectivos comenzaron a decirle que no le creían, que era todo falso, que iba a terminar imputado como autor del delito de narcotráfico y que además iba a salir en los medios si no les pagaba 2.000 dólares”.

Según el portal, el hombre se presentó en la seccional Don Bosco y prestó testimonio durante casi dos horas, momento en el que “aparece un policía que se presentó como el Comisario, una persona de ojos claros, robusto, cabello entre rubio y pelirrojo, corto, y que llevaba tapaboca”.

Este hombre empezó a agredirme, hablaba de mala manera, golpeaba el escritorio con el puño y decía que no creía lo que estaba diciendo, que había algo raro, que no le gustaba. Este hombre se iba y venía. Me preguntó si yo no sabía que comprar drogas es un delito y me decía que me iba a armar una causa por esto”, citó LaBrujula24 sobre dichos del odontólogo ante el fiscal Del Cero.

Luego de unos minutos de tensión, el primer policía le dice que lo va a ayudar y lanza una pregunta inquietante: ¿Vos cuanto crees que sale esto? Se refería a cuánta plata valdría no armarle una causa judicial que, además de traerle complicaciones penales, le arruinaría su reputación por la trascendencia pública. ‘Y no sé cuanto sale’, respondió la víctima. A partir de ahí comenzó un tire y afloje por el monto a pagar. ‘¿Mil dólares?’. El policía negociador se retiraba continuamente a consultar –se presume con el jefe Pérez– y volvía con la respuesta: ‘Es muy poco’. Y así un par de veces, recreando la vieja y clásica estrategia del policía bueno y el policía malo”, relató el sitio bahiense.

En esas circunstancias y en la misma dependencia policial, el profesional accedió a reunir dos mil dólares y quedó en que se lo entregaría a los policías la noche del viernes.

Sin embargo, antes de ir a ese encuentro, el odontólogo denunció la extorsión ante la Justicia (más precisamente ante un “juez penal que conoce de la juventud”, según LaBrujula24), quien lo puso en contacto con el fiscal de Delitos Complejos de Bahía Blanca Mauricio Del Cero, quien intervino y convocó a la Policía Federal de la delegación local para que lo asista en la pesquisa.

Operativo emboscada

Los efectivos realizaron entonces un operativo e interceptaron y detuvieron a sus pares bonaerenses cuando acudieron a buscar el dinero, que había sido previamente marcado por orden judicial.

Como ya era entrada la tarde, el fiscal le solicitó más tiempo a la víctima para montar el procedimiento con la Policía Federal. Le pidió que le mandara un mensaje a quienes lo extorsionaban. Ganó una hora. Todo era contrarreloj. Una vez fotografiados y enumerados los dólares del odontólogo, se dispusieron vehículos no identificables con cinco grupos de federales de civil. Y, a varias cuadras, se apostaron patrulleros. El encuentro, a pedido de los extorsionadores, sería en Zelarrayán y Perú. Lejos de las cámaras públicas de seguridad. A las 21 del viernes, el odontólogo estacionó su camioneta. Llevaba los dólares en un sobre de papel madera con estampillas. La entrega estaba controlada y monitoreada”, comenzó relatando el portal periodístico.

A los pocos minutos, el oficial Daniel Dupré sube a la camioneta de su víctima para recibir el pago y le comenta que ‘era para el comisario’. En ese instante un grupo de la Federal lo sorprende a los gritos y apuntándole a la cabeza. Dupré tira el sobre entre los asientos del vehículo del profesional, desciende y se arroja al piso. El extorsionado, en un primer momento, también fue obligado a ponerse contra el suelo porque los federales no lo conocían. En paralelo, en el auto de Dupré (un Volkswagen Polo) que estaba estacionado a media cuadra, esperaba un policía cómplice que se dio a la fuga a pie cuando vio la cinematográfica escena. No pudo ser detenido. Dupré había dejado su arma reglamentaria y su teléfono celular en su auto. Es decir no los llevó cuando fue a buscar el dinero hasta la camioneta del profesional. Esta situación le jugó en contra porque los otros dos efectivos corruptos que estaban de apoyo, instantes antes habían intentado avisarle que ‘abortara’ la operación ya que habían descubierto que estaban cayendo en una trampa”, continúa el relato de la increíble secuencia.

El destino quiso que Dupré no tuviera el arma cuando fue a recibir el pago. Todo podría haber terminado de la peor manera si con su 9 milímetros hubiese enfrentado a sus colegas de la PFA o, peor aún, haber tomado de rehén a la víctima. Los cómplices Cristian García y Matías Guerra fueron detenidos a 70 metros del lugar, arriba de un Toyota Ethios. Estos efectivos estaban de campana y minutos antes habían advertido un ‘auto sospechoso’ y se estacionaron detrás con las luces encendidas. El olfato policial era el correcto y por eso quisieron avisarle a Dupré. En ese auto había efectivos de la Federal que debieron retirarse para no levantar sospechas y frustrar el operativo. En paralelo a la detención de Dupré, otros patrulleros de la Federal –uno con el fiscal Mauricio Del Cero a bordo– cercaron el Toyota de García y Guerra. Ahí se vivió el momento más tenso del procedimiento. Mientras unos siete federales apuntaban al vehículo, los bonaerenses García y Guerra no decían nada. Se temió un tiroteo. Pero estaban rodeados y se rindieron. Bajaron con las manos en cabeza y uno de ellos exclamó ¡¡Tranquilos muchachos, no pasa nada. Ya está, ya perdimos!!”, culminaron desde el sitio periodístico.

En declaraciones realizadas esta mañana a la prensa, el fiscal dijo que es aún un «misterio» el motivo por el cual fueron los policías de la comisaría quinta quienes intervinieron en un hecho sucedido en en el barrio Patagonia, jurisdicción de la primera.

«Hay muchas cuestiones que quedan sin respuesta y que tienen que ver con el delito, una suerte de coima violenta, una extorsión», expresó Del Cero.

Al ser consultado sobre los motivos por los cuales amenazaron al odontólogo con armarle una causa por narcotráfico, el fiscal dijo que «la pareja de esta persona es consumidora y seguramente alguna información la policía tiene entorno a este asunto».

«Vos estabas vinculado a las drogas y eso es lo que vamos a hacer cuando te formemos la causa», le indicaron los policías a la víctima, según detalló el fiscal.

Del Cero informó que «García y Dupré se negaron a declarar en la víspera mientras que Guerra Velarde hizo su descargo y negó todo tipo de responsabilidad en los hechos al indicar que era ajeno y que no sabía si había algún tipo de arreglo».

No obstante, agregó el fiscal, «no pudo explicar por qué estaba en una esquina ajena a la jurisdicción de la comisaría quinta y en la que no hay cámaras de seguridad».

Tras las indagatorias, el fiscal solicitó las detenciones formales de los tres policías a la jueza de Garantías Susana Calcinelli, quien las otorgó.

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