La Santa Sede concede indulgencia plenaria a los fieles por el coronavirus
En los destinatarios de la indulgencia están los trabajadores de la salud, los miembros de la familia y “a todos aquellos que, por cualquier razón, incluso con oración, los cuidan”.
- Religión y espiritualidad
- Mar 20, 2020
La Santa Sede publicó este viernes un decreto para otorgar indulgencias especiales a los fieles afectados por el Covid-19. En los destinatarios de la indulgencia están los trabajadores de la salud, los miembros de la familia y “a todos aquellos que, por cualquier razón, incluso con oración, los cuidan”, dice el texto de la Penitenciaria Apostólica.
Según publicó el Servicio de Información del Vaticano, esta iniciativa surge en un momento “en el que la humanidad entera está amenazada por una enfermedad invisible e insidiosa, que desde hace un tiempo ha entrado fuertemente en la vida de todos, está marcada día tras día por temores angustiados, nuevas incertidumbres y sobre todo sufrimiento físico generalizado y moral”.
“La indulgencia plenaria se otorga a los fieles afectados por el coronavirus, sometidos a cuarentena por orden de la autoridad de salud en los hospitales o en sus propios hogares si, con un alma separada de cualquier pecado, se unirán espiritualmente a la celebración a través de los medios de comunicación de la Santa Misa, la recitación del Santo Rosario, la práctica piadosa del Vía Crucis u otras formas de devoción, o si al menos recitarán el Credo, el Padre Nuestro y una invocación piadosa a la Santísima Virgen María, ofreciendo esta prueba en un espíritu de fe en Dios y la caridad hacia nuestros hermanos y hermanas, con la voluntad de cumplir las condiciones habituales (confesión sacramental, comunión eucarística y oración según las intenciones del Santo Padre), tan pronto como sea posible para ellos”, añade el texto, sobre algunas de las condiciones de la indulgencia.
Por otra parte, “la Iglesia reza por aquellos que encuentran imposible recibir el sacramento de la Unción de los enfermos y el Viático, confiando a todos y cada uno a la Misericordia divina en virtud de la comunión de los santos y concede la Indulgencia plenaria fiel en el punto de la muerte, siempre que estar debidamente dispuesto y recitar habitualmente algunas oraciones durante la vida”.