MIéRCOLES, 27 DE NOV

Regresa el humor misántropo de Larry David con lo nuevo de «Curb Your Enthusiasm»

El primero de los diez episodios de la nueva temporada podrá verse poco después de la medianoche de hoy, al término de “Avenue 5”, la otra comedia estreno de la señal premium que sigue a un crucero interestelar destinado al desastre capitaneado por Hugh Laurie (“Doctor House”).

 

El humorista, guionista y actor Larry David, cocreador de la rupturista “Seinfeld”, presenta este domingo por HBO la décima temporada de “Curb Your Enthusiasm”, la inclasificable serie de comedia en la que interpreta a una versión ficcional de sí mismo y que insiste en demostrar lo irritante que puede llegar a ser vivir en sociedad.

El primero de los diez episodios de la nueva temporada podrá verse poco después de la medianoche, al término de “Avenue 5”, la otra comedia estreno de la señal premium que sigue a un crucero interestelar destinado al desastre capitaneado por Hugh Laurie (“Doctor House”).

Junto con David estarán los habituales Susie Esman, Jeff Garlin, Cheryl Hines, Richard Lewis y JB Smoove, además de numerosas estrellas invitadas.

La décima entrega de “Curb…” encuentra a Larry ante un nuevo rival, llamado Mocha Joe, y en una rencilla con un proveedor producto de un malentendido, aunque si algo enseñan los 20 años que la serie lleva al aire es que la trama es lo de menos.

La creación de David carece de un arco argumental; apenas unas líneas narrativas ordenan la estructura de cada temporada mientras se suceden episodio a episodio hechos que caen más bien en el plano de lo anecdótico.

Desde su estreno en 2000, el comediante va agregando capas a la construcción del personaje Larry David de la serie, un álter ego exagerado que no puede evitar entrar en conflicto con cuanta persona se le cruce, víctima de su incapacidad de ajustarse a las normas sociales y convivir con cuestiones -en apariencia- triviales.

La convención de quedarse a conversar un minuto con un conocido al que se cruza en un evento, un comensal en la mesa adyacente en el restaurante que habla por teléfono mediante un ridículo auricular bluetooth o que el repartidor de correo use pantalones cortos, son para él insoportables y precipitan una hilarante cadena de infortunios.

Invariablemente, la versión misantrópica de Larry David hablará cuando deba callar, buscará sacar ventaja de cada oportunidad sin importarle el prójimo o mentirá para salirse de situaciones incómodas.

Estirar el luto por la muerte de su madre si necesita compasión ajena o simular ser sordo para evitar una charla son algunas de las actitudes de las que es capaz.

Indefectiblemente, también, esos comportamientos le acarrearán problemas que mancharán su imagen y lastimarán su ego, conduciéndolo a elaborar complicadas estratagemas con la esperanza de recuperarse ante la mirada de los demás.

Tras el final de “Seinfeld” en 1998, que cocreó con Jerry Seinfeld y en la que se introdujo como personaje en la piel de George Costanza, interpretado por Jason Alexander, Larry David pareció liberarse.

Al crear “Curb…” dos años después, retomó el espíritu de muchas de las incómodas situaciones cotidianas que protagonizaba George, pero se acomodó a la idea de ponerse a sí mismo delante de cámara.

También encaró de forma muy diferente la confección de los libretos.

Mientras que en “Seinfeld” Jerry y David comandaban un equipo de guionistas que escribía y reescribía los libros hasta que estuvieran perfectos para rodarse, “Curb Your Enthusiasm” se graba sin guión.

En cambio, los miembros del elenco reciben apenas un esquema de cada escena e improvisan sus líneas en el momento, en una búsqueda de frescura y espontaneidad que se convirtió en uno de los rasgos distintivos de la serie.

Despreocupado y desatento a las tendencias o formatos de la comedia televisiva actual, Larry David sigue en su línea; con el visto bueno de una cadena que siempre dio libertad a sus artistas, hace lo que quiere hacer y elige cuándo hacerlo.

Enfrenta una nueva tanda de episodios sólo cuando cree que tiene entre manos algo que vale la pena, y así han transcurrido seis años de pausa entre la octava y novena temporadas, o un poco más de dos desde esta última y la décima.

Su trabajo, tal como suele ocurrir con el de otros ácidos y antisociales observadores del intercambio cotidiano como Ricky Gervais o el caído en desgracia Louis CK, seguramente no defraudará.

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