MIéRCOLES, 27 DE NOV

Embarazo, despido y precarización: cuando se vulneran derechos laborales de mujeres gestantes

Una empleada doméstica fue despedida después de que su jefe se enterara que estaba embarazada, causa a la que se le suma el recorte salarial a una trabajadora de un bar por ausentarse en el trabajo debido a complicaciones en la gestación.

Los despidos y la precarización laboral son rasgos que caracterizan a los tiempos de crisis y, entre los miles de trabajadores que padecen estas situaciones, las mujeres embarazadas no son la excepción. Durante los últimos meses, y sólo en la ciudad de Rosario, se registraron diferentes casos de mujeres gestantes que fueron despedidas o sufrieron una considerable reducción salarial por su condición.

Despedida a los dos meses de embarazo

Guadalupe G. se desempeñaba como empleada doméstica y en octubre fue despedida estando en su segundo mes de embarazo. Ahora reclama que su ex jefe le pague la indemnización que corresponde por haberla echado durante la gestación.

La joven comenzó a trabajar como empleada doméstica en la casa de un matrimonio con una doble función: cuidar a la dueña del hogar, quien padecía una enfermedad, y realizar las tareas de limpieza. Pero en abril pasado, la mujer falleció y la empleada siguió trabajando en el hogar, en el que ahora sólo vivía el esposo.

«Todas las mañanas salía a hacer las compras para cocinar y tener en casa de mi patrón, que estaba en un primer piso, pero justamente ese día no andaba el ascensor, así que cuando bajé por la escalera me resbalé y me caí«, detalló la joven a Conclusión.

Al caer, Guadalupe fue asistida por el portero del edificio, mientras que su jefe se limitó a decir que si se encontraba en buen estado, continúe trabajando. Sin embargo, como la mujer sufrió golpes en varias partes del cuerpo, le pidió a su jefe que la envíe al centro de salud de su Aseguradora de Riesgos de Trabajo (ART), a lo que éste se negó.

Ante la negativa, la joven le dijo a su jefe que ese día no continuaría con sus actividades laborales para ir a una guardia médica que constatara su buen estado de salud tras la caída.

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Según explicó Guadalupe, el día posterior a su caída por las escaleras le llegó un telegrama de despido. En su defensa, el jefe sostuvo que la despidió «sin saber que estaba embarazada», pero la joven se encargó de desmentirlo afirmando que ya le había comunicado sobre su estado.

Cuando la joven se presentó en su trabajo después de los dos días de reposo, su ex jefe no la recibió y, además, no le pagó el mes de octubre. «Me dio a entender que no quería una embarazada en su casa», denunció la mujer.

Desde el punto de vista legal, como es una trabajadora registrada, el hecho de haber sido despedida estando embarazada merece que se le pague una indemnización mayor que la que le correspondería si no estuviera gestando, que consiste en una indemnización común con el agregado de trece sueldos más. 

En el último mes, la joven recurrió a vías legales para que se resuelva su situación. «Estamos pidiendo que me pague mi tiempo de trabajo y que me reconozca, porque me está discriminando. Yo trabajar puedo, no estoy impedida. Tengo un embarazo tranquilo como para seguir trabajando pero él no me quiere más ahí porque estoy embarazada«, sostuvo.

Finalmente, la mujer indicó a este medio que, además de recibir un bajo salario, su jefe ejercía violencia verbal contra su persona. «Cuando llegaba de mal humor o le pasaba algo en su trabajo se la desquitaba conmigo», contó la joven y replicó algunos insultos que recibía por parte del hombre, que hacían alusión a su aspecto físico.

Por su parte, Diego Galantini, quien asesora legalmente a la damnificada, aportó a Conclusión la situación jurídica del caso y apuntó que cuando el empleador le mandó el telegrama de despido, lo hizo al anterior domicilio de la joven, por lo que el documento nunca llegó a sus manos, a pesar de conocer que la mujer había cambiado de vivienda.

«Mandamos el telegrama de notificación de embarazo y el tipo alegó que él ya la había despedido con el primer telegrama y que ella no había notificado el cambio de domicilio», explicó el asesor

Y agregó: «En este caso hay violencia de género, violencia económica, porque el tipo no quiere pagar una indemnización agravada, sino que quiere pagar una común, y ni siquiera eso porque quiere llegar a un acuerdo de 50 mil pesos. Hay abuso de poder«.

Además, Galantini consideró que en el caso «hay chantaje». «La invita a que ella inicie el proceso judicial, porque es un tipo que seguramente debe tener un buen abogado y se piensa que es impune«, sentenció el asesor.

Recorte de sueldo

Sin embargo, éste no es el único caso de vulneración de derechos laborales a mujeres embarazadas.

A mediados de mayo de este año, una trabajadora de un bar ubicado en Moreno 834, denunció que la empresa le redujo considerablemente el salario cuando anunció que debido a complicaciones en el embarazo debía realizar reposo.

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Además, el bar tenía a la empleada registrada bajo un contrato de cuatro horas, cuando la hacía trabajar ocho, y obstaculizaron el cumplimiento de derechos laborales básicos de la mujer.

Según había detallado a Conclusión el secretario gremial de los Gastronómicos de Rosario, Sergio Ricupero, la joven tenía un problema de salud vinculado al embarazo, por lo que debió realizar reposo. Ante esto, la patronal pasó a pagarle el 20 por ciento del sueldo que tenía.

No se puede tener así a una trabajadora y dejarla fuera del sistema de seguridad social. Por ejemplo en este caso, eso es lo más importante para la empleada”, había sentenciado Ricupero en ese entonces.

 

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