LUNES, 02 DE DIC

El St. Pauli llega a Rosario: fútbol atravesado por punk, contra el racismo, la homofobia y la desigualdad de género

Este sábado se inaugurará en la ciudad “Piratas del Sur: Puerto Rosario”, una peña del club alemán que invita a ver y analizar el deporte y al hincha desde otra perspectiva. La entrada es libre y gratuita y habrá recitales, charla-debates, documentales y más.

 

Hablar de la violencia en el fútbol en Argentina ya casi resulta hasta un cliché. Lejos de que la sociedad cambie su cabeza y tanto los distintos niveles del Estado como las diferentes organizaciones deportivas trabajen en pos de reducir el grado de pasión enferma y corrupción estratégica, quien recibe un castigo cada vez mayor es, como siempre, la pelota.

Hace poco, América tuvo que vivir una final de Copa Libertadores en España, la tierra de la masacre y la conquista contra la que lucharon los homenajeados en el nombre de la competencia; Argentina tuvo que vivir su partido más importante, un clásico entre Boca y River, a diez mil kilómetros y muchos euros de distancia. Hace poco, también, Rosario tuvo que vivir uno de los espectáculos más icónicos de la ciudad en otra, ante tribunas vacías, el cantar de pájaros, el ruido de taladros y el triste paso de un tren.

Con ese contexto local y nacional, donde la intolerancia y la incompetencia continúan creciendo a la par de un país en crisis, es que llega a Rosario una nueva forma de ver el fútbol y de repensarnos en nuestro rol de actores sociales, ya sea desde una tribuna o desde el lugar que a cada uno le toca ocupar.

Este sábado, inaugurará en la ciudad la peña «Piratas del Sur: Puerto Rosario» del FC Sankt Pauli de Alemania, club con 108 años de historia que desde hace unos 25 cuenta, en sus hinchas, con una impronta dirigida a cuestiones sociales y políticas, al punto de que hoy en sus estatutos oficiales se define como antifascista, antirracista y antisexista y su escudo se transformó en un símbolo mundial.

Tanto los fanáticos que se acercan fin de semana por medio al Millerntor-Stadion como los que siguen al Kiezkicker desde todas partes del planeta (existen unas 600 peñas por el mundo) plantean una alternativa a los flagelos del fútbol moderno.

‘Pepe’, uno de los integrantes de Puerto Rosario (bajo la órbita de la filial argentina “Piratas del Sur”, con más de 12 años de trabajo), contó en diálogo con Conclusión que la idea de la peña “es darle una impronta local”, ya que “Rosario es una ciudad a nivel futbolístico importantísima”, y “el objetivo es hablar sobre las cuestiones negativas del fútbol, de lo que vemos todos los días; intentar dar otra mirada, otra forma de ver las cosas y de entenderlas, de entender la identidad como hincha, las cuestiones de la negatividad que hay con respecto a la homofobia, el racismo, y también la cuestión de algo que pareciera que se cierne desde hace poco pero que viene desde más lejos que es lo de las Sociedades Anónimas Deportivas”, asegurando al respecto que quieren “que los clubes sigan siendo clubes y no empresas”.

Un barco pirata

Rodeados de libros, en la sala principal de la Biblioteca Popular Solidaridad Social (Paraguay 2545), donde este sábado se realizará el evento, Sebastián, otro de los miembros de la flamante filial rosarina, contó que, en su caso, comenzó a conocer al equipo hanseático a través de bandas que le gustan, viéndolo representado en remeras, parches en camperas o calcomanías en los instrumentos. El logo más replicado es llamativo y es un mensaje fuerte en sí mismo: una calavera con dos huesos cruzados.

“Hay una simpatía que creo que tiene que ver con buscar esos equipos, clubes, que tienen una mirada diferente hacia el fútbol en donde también utilizan el poder de la masificación de este deporte para dar un mensaje. Este es un club que tiene que ver con la cultura del punk rock en una ciudad muy particular de Alemania, muy atravesada por movimientos contraculturales y movimientos sociales de todo tipo, donde se han enfrentado fuertemente al fascismo como una respuesta propia de una ciudad que realmente es dura”, describió. En una sintonía similar se pueden encontrar a clubes de gran impacto internacional (a pesar de no contar con un holgado palmarés futbolístico) como el Rayo Vallecano, ubicado en el barrio obrero de Vallecas en Madrid, España.

El St. Pauli actualmente milita en la segunda división del fútbol alemán, oscilando de vez en cuando con la Bundesliga, perteneciendo a un barrio de Hamburgo con una fuerte historia relacionada al movimiento okupa, al punk, a los barrios rojos y la vida nocturna.

Repensar el fútbol para repensar la sociedad

Para los integrantes de Puerto Rosario, la visión social y política que carga el Sankt Pauli lleva a analizar también cuál es la visión que cada uno tiene sobre el fútbol, comenzando a trabajar “en un montón de aspectos que hacen a la persona”.

“Eso es lo que de alguna manera nos lleva a este punto de pensar por qué hoy en una cancha de fútbol no se puede jugar con hinchas visitantes, por qué no podés ver el partido con un amigo tuyo que es del rival eterno, por qué en la familia no puede haber hinchas de clubes rivales… ¿por qué no se pueden compartir esas cosas si en otro momento se compartieron? Acá se han compartido jugadores, técnicos, en mi familia iban a ver hasta al equipo contrario. ¿En qué punto perdimos eso? ¿En qué punto nos fuimos y se transformó en esto, en donde también se ve socialmente representado en otras cosas que son realmente mucho más importantes y hasta más dolorosas?”, se preguntan.

Sebastián, quien también es cantante y guitarrista del grupo punk rosarino Malones,  sostiene que “esto es un reflejo de la realidad” y que “no hay una cosa separada de otra porque culturalmente el fútbol posiblemente sea el capital más importante de Argentina (nada es tan masivo y tan fuerte culturalmente como para que se trate todos los días)”.

Para ‘Pepe’, la mirada St. Pauli de las cosas significa la recuperación de valores “que en un momento estaban y que en algún momento quedaron mal vistos”, como el respeto o la convivencia, y no sólo la convivencia “entre dos tipos de clubes distintos o de clubes antagónicos” sino en las cuestiones “de la mujer y de diversidad sexual”.

El deseo de ellos es que “este pequeño granito de arena” implique “un cambio en un grupo de personas”, y que la filosofía del equipo hanseático se traslade a otros ámbitos de las tribus urbanas.

El tema está en que cuanto más gente conozca de esto y pueda ver que hay otra forma de abarcar el fútbol y de vivirlo, posiblemente se enamore tanto como nosotros de la filosofía del St. Pauli con respecto al deporte”, cerraron.

No obstante, Sebastián aclaró también que “no se quiere hacer una bajada ética contra nadie”, sino que lo que ellos hacen es presentar su lectura de lo que es el Sankt Pauli y luego “cada uno hará la suya”.

“El St. Pauli no deja de ser un club de fútbol que tiene hinchas, que se cagan a trompadas, que van a la cancha, que siguen al club, que tienen hooligans. No deja de ser un club más, en donde se abordan temas para trabajar en todas esas cuestiones. Es decir, acá las puertas están abiertas para todos. Nosotros no somos policías de las ideas ni nada parecido, pero sí tenemos en claro las nuestras. Nosotros queremos trabajar para presentar una idea de cómo se pueden hacer las cosas”, expresó.

Por un fútbol sin ningún tipo de discriminación

– “Para mí ir a la cancha y ver a un muchacho de “clase baja” (lamentablemente vamos a usar ese término) que le está diciendo “Negro de mierda” al central de Rosario Central, me parece que es absurdo. Si hemos llegado a ese punto, es porque no entendemos nada. Ya el término me parece una cagada. Es “el negro”, “el paraguayo”, “el uruguayo”; ya no son personas, son de un lugar y de acuerdo al lugar que sean están en un determinado ránking. Si vienen de Europa están en un ránking, ahora si es ecuatoriano, colombiano, boliviano, camerunés, están en otro. Esas cosas realmente ya escucharlas, de gente que tiene estudios, capacidad y demás, me parece que es un poco mucho. Llegó un momento en donde me parece que hay cosas que se tienen que trabajar. No solamente para no escuchar eso en la cancha, sino que tiene que ver con el día a día de todo lo que vivimos. A vos no se te ocurre, si un día te tienen que operar y el médico es camerunés y te salva la vida, decir “me salvó este camerunés”. No, ahí le dicen “me salvó el señor doctor”. Entonces, somos bastante jodidos con esas cosas, y es una necesidad, porque con un gobierno como el que tenemos y con un momento como el que se está viviendo, obviamente que no van a trabajar en esas cuestiones, ¿y quién tiene que tomar la posta? Los distintos movimientos. Algunos son muy fuertes y están aleccionando a toda la sociedad, y otros van a comenzar y sin dudas van a dar un mensaje, van a dar que hablar”.

Lanzamiento oficial: Rock N’ Roll Fútbol

Este sábado 15 de diciembre será la presentación oficial de la filial Puerto Rosario – Piratas del Sur en la ciudad. El evento, que contará con bandas en vivo, charla-debates, documentales, muestras y más, se realizará en la Biblioteca Popular Solidaridad Social (Paraguay 2545) comenzará a las 16 con la apertura y la presentación del grupo Todx Mal.

A las 17, se realizará la primera de las charlas-debates, con la presentación de la peña y la participación de la gente de Piratas del Sur, para luego dar paso a la segunda banda, The Poncho Experience.

Sobre las 18 se proyectarán videos producidos por la peña oficial argentina del club alemán, que relatan la experiencia de asistir a un partido de St. Pauli, tanto de local como visitante, y de temáticas vinculadas a la realidad de las hinchadas del fútbol germano. Después, a las 19.40, se presentará el tercer grupo de la noche: Malones.

A las 20.05 tendrán lugar las últimas charlas-debate, a cargo de la Coordinadora de Fútbol Feminista y el equipo de fútbol LGBTQI Los Yaguaretés, y el cierre, sobre las 20.35, estará a cargo de la banda Zona 84.

Además, durante toda la jornada habrá una muestra fotográfica con material de los fotógrafos más importantes que siguen al F.C.  St. Pauli, auspiciada por el Museo Oficial del club, e intervenciones y piezas artísticas. También se venderá comida, bebida y merchandising.

La entrada es libre y gratuita, pero se puede colaborar con un alimento no perecedero para un comedor de Barrio La Lata y Villa Banana.

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