MIéRCOLES, 27 DE NOV

Vecinos de Clarke y la región le dicen no a las cavas

Preocupados por la contaminación que puede llegar al lugar, manifestaron su repudio a este tipo de prácticas. Conclusión dialogó con Ricardo Raffaelli, quien explicitó sobre la problemática.

El abanico de prácticas contaminantes en nuestra región interpela una vez más y en profundidad, la falencia y veracidad de los controles. La resistencia de los pueblos fumigados, de aquellos que entienden que el Paraná no se toca, y que la salud no es materia negociable, se funden en un grito que busca explotar de manera altisonante en los oídos sordos.

“No a las cavas regional” es una agrupación de vecinos unidos por la consciencia, habitantes de Maciel, Gaboto, Monje, La Boca de Monje, Díaz y Clarke, se manifestaron en esta última localidad en resistencia a la construcción de cavas para desechos industriales. La cercanía de las mismas con el arroyo Carrizales, afluente del arroyo Monje quién tiene su desembocadura en el río Coronda, es lo que genera el mayor grado de preocupación por la contaminación que puedan sufrir sus aguas.

En Clarke el proyecto de la empresa Sergen Limpieza SRL, muestra como dos enormes piletones de 100 metros de largo por 20 de ancho y 3 de profundidad, amenazan la salud  de distintas poblaciones. En estas cavas, el tratamiento de diferentes residuos, es lo que ha encendido el alerta de los vecinos.

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“El objetivo de estas prácticas es extraer y recuperar aceite o solventes, que si bien no son considerados peligrosos, no quiere decir que no sean contaminantes”, le dijo a Conclusión Ricardo Raffaelli, habitante del lugar.

El antecedente más cercano es el de Maciel, en el 2014 la organización de vecinos detuvo hasta estos días a la empresa DHSH que buscaba instalar en ese lugar algo muy similar a lo que hoy inquieta a Clarke. “La cercanía al arroyo nos alerta de la contaminación a la que el mismo puede llegar a ser expuesto. Y si tomamos como referencia fundamental a sus afluentes, la problemática se podría extender afectando distintas localidades y cursos de agua”.

A lo largo y ancho del país distintas luchas y asambleas han entendido a la perfección que una vez instaladas este tipo de empresas, poco se puede hacer, por eso la premisa fundamental es frenar su llegada.

“Proyectan 14 cavas para 45 millones de litros cada una, por eso la importancia de ponerle un freno a la instalación de Sergen SRL, ya que si esta empresa consigue poner en funcionamiento el proyecto el día de mañana tendrán el aval para hacer y deshacer lo que deseen”, sostuvo.

La promesa de la creación de puestos de trabajo y reactivación comercial, suelen ser una carta de presentación un tanto vetusta pero que se sigue jugando. “Si bien serían 6 los puestos de trabajo que ofertan, deben entender que eso lejos está de ser un bálsamo de tranquilidad, ya que el costo que vamos a pagar será mucho más grande”.

Se especula que la fecha pensada para la apertura no saldría de enero y febrero del año entrante, algo que inquieta de sobremanera a los moradores de Clarke. La ordenanza del uso de suelo posee una serie de irregularidades importantes, ésta sería una de las llaves para poder frenar este avance, “no existe un alta firmada para que esta empresa pueda utilizar el suelo en el cual han iniciado sus obras, es por ello que exigimos respuestas inmediatas”, concluyó Ricardo.

No es casualidad que sean las pequeñas poblaciones las elegidas por este tipo de empresas. La necesidad laboral, la escasa resistencia y la falta de controles estatales, forman un coctel por demás de tentador. Si bien es lento, el avance de la consciencia es sostenido, única y vital herramienta para ponerle freno a todo aquello que ponga en jaque lo más preciado que tiene el ser humano, su salud.

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