SáBADO, 30 DE NOV

Mugabe fue destituido como líder del partido gobernante en Zimbabue

El presidente del país africano afronta el inminente fin a 37 años de mandato: su partido lo removió y lo llamó a dimitir inmediatamente como jefe de Estado

El presidente de Zimbabue, Robert Mugabe, enfrentaba el domingo el inminente fin a 37 años de mandato: su partido lo cesó como líder y lo llamó a dimitir inmediatamente como jefe de Estado, so pena de lanzar el proceso de destitución.

Un día después de las masivas manifestaciones del sábado en las que se pidió su dimisión, Mugabe, de 93 años, seguía perdiendo apoyos.

Al margen de una reunión del Zanu-PF, el partido gobernante, un delegado indicó a la AFP que Mugabe fue destituido de la presidencia de la formación y sustituido por el ex vicepresidente Emmerson Mnangagwa, otrora rival de la esposa de Mugabe, Grace, para sucederle en el poder.

En un sorprendente giro, el partido añadió que lanzará en el Parlamento un proceso de destitución del presidente si este no dimite antes del lunes a mediodía y que Mnangagwa será su candidato para las elecciones de 2018.

Además, la formación anunció la expulsión de sus filas de la primera dama, Grace Mugabe, que tenía ambiciones presidenciales.

«La esposa [de Mugabe] y otros se han aprovechado de su situación delicada para usurpar el poder y saquear los recursos del Estado», dijo al a AFP el responsable del partido Obert Mpofu al margen de una reunión del Zanu-PF.

Mientras, el presidente debía reunirse el domingo con los militares, que se hicieron con el control del país, le impusieron un arresto domiciliario y tratan también de forzarlo a dimitir.

Negociaciones con el ejército

Una renuncia al poder que este domingo reclamaron también los veteranos de la guerra de independencia de Zimbabue. «Debería renunciar (…) Si no lo hace, el ejército debe terminar hoy con él», dijo el jefe de la poderosa asociación de veteranos de guerra, Chris Mutsvangwa, antes de que se celebrase esa decisiva reunión de Mugabe con los militares.

Poco antes, las influyentes juventudes del Zanu-PF, en el poder, habían pedido la expulsión del partido de Mugabe y de su mujer.

Este partido político había sido hasta ahora un fiel aliado de Mugabe, pero desde que el ejército tomó el control del país considera que el presidente debería retirarse «para descansar como el anciano hombre de Estado que es».

La intervención del ejército supone un hito en el largo reino de 37 años de Mugabe, marcado por la represión de cualquier tipo de oposición y una grave crisis económica. Cerca del 90% de la población está desempleada.

Mugabe, el más veterano jefe de Estado del mundo, está cada vez más aislado tras haber sido abandonado por el ejército, por el Zanu-PF y por los veteranos de guerra.

En la madrugada del miércoles, el ejército intervino sin derramar sangre en Harare, la capital, en apoyo a Emmerson Mnangagwa, el vicepresidente destituido por Mugabe una semana antes.

El ejército puso en arresto domiciliario al presidente, aunque estaba autorizado a hacer algunos desplazamientos.

El viernes, Mugabe hizo su primera aparición pública desde el golpe de Estado, en una ceremonia de entrega de diplomas universitarios en la capital. No hizo ningún discurso y a ratos cabeceaba, como suele hacerlo en público, sentado en un inmenso sillón de madera y cuero.

En el punto de mira de las Fuerzas Armadas está el grupo llamado G40, una facción del Zanu-PF que brinda apoyo a la primera dama, Grace Mugabe, y sus ambiciones presidenciales.

Fue ella quien hizo caer a Mnangagwa, de 75 años, un candidato demasiado peligroso en la carrera para suceder al presidente, tras llevar a cabo una campaña de denigración contra su adversario.

Mnangagwa, que huyó del país poco después de su destitución, regresó a Zimbabue el jueves.

Movilizaciones en Zimbabwe exigiendo la renuncia de su presidente

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