MIéRCOLES, 27 DE NOV

Guns N Roses y The Who sacudieron el estadio Ciudad de La Plata bajo la lluvia

Dos leyendas del rock internacionalmente reconocidas por su trascendencia en el género se unieron este domingo por la noche en la capital bonaerense para obsequiar un amplio repertorio de éxitos a las casi 30 mil personas que desafiaron el mal clima.

Guns N Roses y The Who, dos leyendas del rock conocidas por su trascendencia en el género, se unieron este domingo por la noche en el estadio Ciudad de La Plata para obsequiar un amplio repertorio de éxitos a las casi 30 mil personas que desafiaron el mal clima y asistieron a sus shows en la capital bonaerense.

La banda argentina La Beriso, con muy poco apoyo del público, estuvo a cargo de la previa, antes de que The Who y los Guns salieran a escena para terminar de sacudir a la gente, más allá de algunas deficiencias con el sonido.

Los estadounidenses, con Axl Rose, Duff McKagan y Slash en sus filas, comenzaron con una animación en las pantallas con el logo de la banda y la inscripción «Guns N Roses – Buenos Aires» y una voz en off dio comienzo al show a las 22:15.

El clásico de «It’s So Easy» del primer álbum de la agrupación empezó demoledor bajo una cortina de lluvia que dividió durante todo el concierto parte del escenario de una pequeña tarima más cercana al público.

Los seguidores mostraron su apoyo con cánticos y saltos desde el primer momento, y así continuó la lista con «Mr Brownstone», otro de «Appetite for Destruction».

Las primeras imperfecciones en cuanto al sonido y desprolijidades por parte del guitarrista Slash comenzaron a percibirse desde la tercera canción, «Chinese Democracy», cuando se notó que la lluvia incomodaba sus manos para tocar con el instrumento mojado, sumado a la mezcla de la música que por momentos creó una «bola de ruido».

La cuarta canción en la lista de temas fue «Welcome To The Jungle», un himno para todos aquellos que estaban esperando para hacer «pogo», y pegado vino «Double talkin Jive». La banda se mostró muy pendiente de la seguridad del público con la salida de Rose con un asistente que tradujo en dos oportunidades, «Por favor den un paso para atrás, no queremos que nadie salga lastimado», y finalizó con un «Gracias motherfuckers».

Petardos bajo la lluvia

Las baladas y operas rock como «Estranged» le devolvieron un poco de color al show, dado que las melodías tranquilas daban coherencia al sonido.

Fuegos artificiales acompañaron la mayoría de los temas, pero tuvieron gran protagonismo en cada acorde de «Live and Let die».

Los recuerdos siguieron con «Rocket Queen», «You could be mine», cuando se sintió la emoción de gran parte de los presentes y luego el piano de Dizzy Reed devolvió la calma con «This I Love».

El escenario se caracterizó por tarimas, escalones, luces y cámaras de video que transmitieron todo lo que ocurrió en pantallas laterales, adonde también podían llegar los músicos para acercarse más a la gente y donde siempre había unos pedales de «wah-wah» del guitarrista de galera y anteojos.

Slash se lució con un pequeño solo, luego pegó «Speak Softly, Love», tema de la película «El Padrino» y una interpretación que ya es un clásico infaltable en sus manos.

La banda proveniente de Los Ángeles, Estados Unidos, renovó la energía de todo el estadio con «Sweet child o’ mine», cuando jóvenes y adultos festejaron por igual el dúo entre el segundo guitarrista, Richard Fortus, y Slash.

Los homenajes fueron otro plato fuerte que llegó casi al final, con la interpretación de «Wichita Lineman» de Jimmy Webb, «Wish you were here» de Pink Floyd y «Black Hole Sun» de Soundgarden en homenaje al fallecido cantante Chris Cornell.

El comienzo del cierre estuvo a cargo de «Knocking on Heaven’s Door» y «Nightrain» que cambio emoción de los tributos por euforia y gritos.

El final fue a puros fuegos artificiales con la balada «Patience», «Don’t Cry», el cover «Whole Lotta Rosie» de AC/DC y el acostumbrado cierre con la canción «Paradise City», con coros de la tecladista Melissa Reese y un epílogo de tema extendido para concluir así un concierto de más de tres horas de duración que se prolongó hasta casi las 2:00 de la mañana.

El debut de The Who en el país.

The Who, por su parte, una banda formada en 1962 e integrada hasta la actualidad por Roger Daltrey y Pete Towndshend, se presentó desde las 20:15 por primera vez en la Argentina y lo hizo con una lista de 16 éxitos en una previa al show principal que comenzó a llenar los últimos huecos de las tribunas del estadio en la capital provincial.

El sonido de The Who fue el mejor de la noche, más allá de las desprolijidades de la banda, que ingresó muy pacíficamente y puso a saltar a los presentes con «I can’t explain».

Los éxitos estuvieron desde el inicio, «The Seeker, «Who are you» con el clásico rasgueo de Townshend revoleando su brazo para cada acorde, y luego Daltrey dijo sus primeras palabras con un, «Ésta es para ti, para ti y para ti», señalando a cada parte del estadio, y comenzó «The Kids are Alright».

La banda interpretó lo que estaba previsto y lo que vienen haciendo en la gira, con muy poca charla, y siguieron los clásicos «My Generation» y «Behind Blue Eyes».

El longevo conjunto continuó con «Love, Reign O’ er me» con tintes de ópera rock, mientras sus integrantes solo se remitieron a un «gracias», entre tema y tema.

El final fue explosivo con «Pinball Wizard» que unieron a «See me, Feel me», y finalizaron su hora y media de show con «Baba O’ Riler», con Daltrey en armónica para luego dar pie a los inolvidables acordes e inicio de «Won’t get fooled again».

En la previa, muy puntual a las 18:15, la banda argentina La Beriso tuvo un sonido muy abrumador y por momento demasiado fuerte.

Los oriundos de Avellaneda casi no recibieron apoyo de los presentes, que prácticamente no se inmutaron por la presencia de su música.

La banda no emitió comentarios, hizo su repertorio de temas y se retiró recibiendo aplausos por parte de un público que todavía estaba llegando al estadio.

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