MIéRCOLES, 27 DE NOV

Walter Nelson, la voz de una generación en el fútbol y el boxeo

Con sus narraciones épicas y sus latiguillos inconfundibles, el relator uruguayo se hizo un lugar en la historia del relato deportivo argentino. En el marco del evento Fútbol y Vermut, dialogó en exclusiva con Conclusión y aseguró que continúa con la misma pasión que hace 39 años.

Por Santiago Fraga

Este lunes tuvo lugar en Rosario el evento Fútbol y Vermut, organizado por Cinzano como un homenaje para revalorizar el oficio del relator y evidenciar cómo las nuevas generaciones reinventan una profesión tan arraigada en la cultura popular, capaz de movilizar a multitudes de argentinos.

Muchas son las voces que han quedado impregnadas en la memoria popular a través de sus narraciones épicas y los partidos de la Selección argentina o el club de sus amores. Entre ellas, sin lugar a dudas que de las generaciones recientes una de las más icónicas es la de Walter Nelson.

Frases como «¿Qué digo gol? ¡Re contra golazo!», «¿Lo digo o no lo digo?» o su «Tatan tatan» han marcado una huella en el relato deportivo y se ha convertido en un ejemplo a seguir para los relatores de una generación que cuentan con más facilidades técnicas que los de vieja época, pero con la misma pasión.

En este contexto, el relator uruguayo nacionalizado argentino dialogó en exclusiva con Conclusión, en una charla donde explicó que sigue con el mismo sentimiento que hace 39 años, cuando relataba la Liga de Chacabuco, y habló sobre el fútbol rosarino y el oficio del relato.

– ¿Qué sentís, después de tanto tiempo, cada vez que te toca relatar un partido de fútbol o una pelea?

– Son las mismas sensaciones que cuando empecé. El día que las pierda dejo esto. En algún momento no voy a estar tan lúcido, tan rápido, y me daré cuenta y lo dejaré, porque son ciclos que se cumplen en la vida. Pero por ahora me siento muy bien, me siento vigente, siento la misma pasión que cuando empecé, y relatar en radio o en televisión me despierta la misma pasión que en esos comienzos. Además en los partidos no me vuelve loco si no transmito un clásico, el hecho de ya estar en la cancha y transmitir un partido me despierta mucha locura y el cosquilleo lógico antes de cada transmisión.

– Haces referencia a tus comienzos. Hay muchos relatores que empiezan por el ascenso…

– Yo empecé muy abajo. Empecé con los campeonatos del interior, más abajo que el ascenso todavía. Empecé en la Liga de Chacabuco, transmitiendo al borde de la cancha sobre una mesa o arriba de una terraza. Cuando empecé, en 1978, no era como ahora. No había celular, era bastante complicado, pero la pasión lo podía todo, y el placer de saber que estás haciendo lo que más te gusta.

– ¿Y se disfruta más cuando es en esos ámbitos o en el fútbol de primera?

– Son etapas. Son ciclos que uno va atravesando. En su momento fueron 10 años transmitiendo la Liga de Chacabuco, la campaña de Sarmiento de Junín, y después bueno, uno va progresando en su carrera y tiene otros objetivos que son importantes también, pero sin olvidarse de las raíces. Lo tengo muy presente y de vez en cuando voy a encontrarme a Chacabuco con esos jugadores que yo transmitía que hoy tienen 50 años, y compartimos un asado, jugamos al truco, nos reímos y nos acordamos de todo eso.

– ¿Te quedó alguna anécdota en particular con alguno de los equipos de la ciudad?

– Anécdotas en particular no. He relatado muchos clásicos, y con la pasión que se vive acá en Rosario digo que es muy parecido a la de River-Boca. Es una pasión muy descontrolada y que a veces raya con el fanatismo. Es maravilloso. Lo que pasa es que a veces hay hechos que no tienen nada que ver con el fútbol y que te ponen mal, propio de ese fanatismo descontrolado.

– ¿Recordás cuál fue el primero que te tocó?

– No recuerdo el primero, pero transmití varios 0 a 0 y recuerdo un 1 a 0 de Newell’s, cancha de Central, gol de Julián Maidana de cabeza, y un empate de Central en cancha de Newell’s con gol anulado de Herrera con la mano.

– Mencionabas justo el gol de Maidana por ejemplo. ¿Qué sentís cuando uno de tus relatos queda como épico para los hinchas de un club?

– Hay un montón. A veces me los hacen escuchar o los veo ahora en las redes sociales y me ponen feliz. Me pone feliz que la gente te reconozca. Significa que algo bueno hiciste en esto después de muchos años. Me he equivocado también, nadie es infalible, nadie es perfecto, pero trato de hacer las cosas lo mejor posible y equivocarme lo menos posible, sobretodo hoy que están las redes sociales y quedás muy expuesto. Hay que tener mucho más cuidado que antes todavía.

– ¿Disfrutás más relatar un partido de fútbol o una pelea de boxeo?

– Lo relato con el mismo sentimiento y la misma locura. Es más, acá en el brazo tengo tatuado una pelota de fútbol y dos pares de guantes, porque son las dos pasiones que siempre tuve. El boxeo me lo metió mi viejo, y el fútbol toda mi vida fue mi vida. No hago diferencia entre uno y otro, es un 50 y un 50.

Del evento de Cinzano realizado en el Club Social y Deportivo Río Negro participaron además periodistas de todos los medios, músicos de la ciudad, personalidades y el ex futbolista Hugo Lamadrid, en el marco de un lugar ambientado para la ocasión que además contó con un menú futbolero de Lele Cristóbal y una muestra de fotos del ascenso de Federico Peretti.

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