Texto: Pablo Bloise. Foto y video: Salvador Hamoui. Edición: Hernán Cabrera

De estar relegado y con dos arqueros por delante, a un presente sólido y casi sin fisuras. La lesión de Ezequiel Unsain, por obra de Carlos Tevez, y la poca continuidad que tuvo Sebastián D’Angelo en Newell’s tras la llegada de Osella, le abrieron las puertas del arco leproso a Luciano Pocrnjic, y el 1 no desaprovechó la chance. Asombró a todos con sus tres penales atajados consecutivamente, que signaron el comienzo de un romance entre la gente y él, que domingo tras domingo se propaga cada vez más y que, por supuesto, le es altamente redituable al equipo.

Tranquilo y con su característico perfil bajo, aguarda por Conclusión en la sala de conferencias de Bella Vista. No es fanático de los flashes, pero transmite con suma claridad todo lo que quiere expresar. No se olvida de sus orígenes ni de todo lo que tuvo que trabajar, y es un agradecido.

Esquiva con reflejos las preguntas que apuntan hacia la encumbrada posición de Newell’s en el campeonato, pero devuelve frases contundentes, como “mi meta es demostrar que puedo defender este arco por mucho tiempo más”. Apuesta al trabajo, a seguir creciendo y no se marea con la chance del título. “Ya veremos para qué estamos”, se ataja.

El 3 a 3 ante Tigre fue tu punto de partida en esta etapa. ¿Qué balance hacés desde lo personal?

— La verdad es que me siento muy bien y muy seguro. Trabajo mucho para intentar hacer las cosas bien, así que eso me deja tranquilo. Toda la defensa está pasando por un gran momento y eso ayuda a que podamos estar peleando arriba.

Una derrota, un triunfo y un empate. ¿Fue un arranque complicado?

— Por supuesto que nada es fácil. Empezamos mal, pero creo que en los últimos partidos mostramos cosas muy buenas. El primero fue muy parejo. Defensa no nos había hecho daño hasta el gol y luego no pudimos revertirlo. Pero con Vélez dominamos de principio a fin y con Patronato creo que claramente merecíamos algo más.

¿Qué le falta a este equipo para ser el que terminó el 2016?

— Estamos yendo de menor a mayor. Cada vez nos parecemos más a ese equipo. Obvio que siempre hay cosas por mejorar. De hecho, ese equipo también las tenía. Pienso que no hay que precipitarse. La clave que nos ha llevado hasta acá es pensar siempre en el partido que viene.

Pero cada vez que agarrás la tabla, mirás y ves a Newell’s ahí arriba…

— Sí, y me pone muy contento, porque obviamente es a lo que aspiramos. Pero no nos volvemos locos. Creo que vamos por el buen camino y hay que saber mirar para adelante. Hoy pensamos en el partido que viene. Cuando pase, pensaremos en el siguiente.

Desde lo personal, ¿qué pensás que no tuviste en tu etapa anterior en Newell’s, que en ésta sí?

— Fueron momentos diferentes. En aquella era muy joven, recién estaba iniciándome en esto. El arquero tiene que tomar experiencia, aprender de sus errores y jugar. Yo no tuve espacio y lo supe entender, tenía grandes arqueros adelante. Me tocó estar con Justo Villar, un gran arquero y mejor persona, con quien tenía una muy linda relación y pude aprender mucho. Creo que son espejos donde hay que mirarse y tomar todo lo que se pueda. Hoy con muchos partidos jugados y una buena experiencia, estoy disfrutando de esto que me toca vivir.

Es una historia parecida a la del Patón Guzmán. Ambos no tuvieron chances al principio, volvieron y se hicieron dueños del arco…

— Quizás son parámetros distintos. Él no tenía lugar y se fue a hacer sus primeras armas afuera. Cuando volvió, lo hizo en toda su plenitud y por algo es arquero de selección. A mí me tocó más de grande. Él dejó una huella muy importante en este club y yo simplemente estoy tratando de cumplir día a día. Ojalá pueda lograr lo mismo que logró él.

¿Cómo te llevás con el cariño de la gente?

— Es muy gratificante todo lo que estoy viviendo. La verdad es que no me esperaba todo esto. Recibo día a día un cariño muy grande y me pone muy contento. Me siento orgulloso de saber que eso está y que se ha visto el trabajo que vengo realizando desde hace tiempo.

El clásico ayudó mucho en ese sentido. Maxi fue la figura por razones obvias, pero vos estuviste ahí nomás…

— No sé. Tuve la dicha de participar y de hacerlo bien. Pude sacar pelotas que fueron importantes y mantuvieron el cero en momentos en los que nos estaban superando. Creo que Maxi, con toda su jerarquía, mandó a guardar la pelota más difícil del partido y demostró todo lo que significa para nosotros. Fue un triunfo que se venía postergando y que lo merecíamos.

¿Qué meta te ponés a tus 35 años?

— Seguir demostrando que estoy para atajar en este club. El arco de Newell’s es muy importante. Pienso que no cualquiera puede estar y mi objetivo es afianzarme día a día. Sé que no es fácil, pero la idea es hacer lo mejor posible para poder seguir estando. No me proyecto nada a futuro, simplemente quiero disfrutar de este momento.

Con la cabeza más tranquila, ¿qué análisis hacés de todo el embrollo que sufrieron en la pretemporada con la situación económica del club?

— Pasamos momentos muy complicados. Eran días de incertidumbre, pero creo que el plantel lo supo sobrellevar de la mejor manera y sin fisuras. Se pudo demostrar que en los malos momentos aparecen los buenos grupos. A pesar de los buenos resultados que veníamos teniendo y de la gran pretemporada que habíamos comenzado, apareció este problema que se sintió y nos afectó de cierta manera. Lo bueno es que se va solucionando de a poco, con la predisposición de la dirigencia y la nuestra, que la hemos tenido y mucha. Ojalá que lo que pasó sea un punto de inflexión y que el fútbol argentino cambie.

Te tocó volver a Newell’s de la mano del Tolo Gallego, ¿qué pensás de su salida?

— Fue una verdadera lástima. Los resultados no se venían dando y él tuvo que dejar el puesto. Una pena, porque realmente es todo un referente en la institución. Ha ganado como técnico y ha dado muchísimo como jugador. Desde lo personal, le tengo un cariño muy especial porque me dio la posibilidad de regresar al club cuando nadie confiaba en mí. Voy a estar agradecido de por vida.