LUNES, 02 DE DIC

La isla «el Banquito San Andrés», un atractivo turístico para Rosario

Para hacer el paseo sólo hay que embarcarse a metros del Monumento a la Bandera y cruzar en unos 15 minutos las aguas del Paraná. Alrededor de 2.500 personas por día cruzan en lanchas colectivas  y barcos privados.

El Banquito de San Andrés, como llaman en Rosario a la isla Ingeniero Sabino Corsi, frente a la costa de la ciudad, es desde hace 20 años uno de los grandes atractivos turísticos de la ciudad, al que van unas 2.500 personas por día, en lanchas colectivas y barcos privados, según datos de la Estación Fluvial.

Para hacer el paseo sólo hay que embarcarse a metros del Monumento a la Bandera y cruzar en unos 15 minutos las aguas del Paraná, indicó el jefe de Relaciones Institucionales de esa estación, Hernán Ruiz.

El banco devenido en islote y ahora isla con el correr de los años, es aún agreste pero con paradores y arboleda sobre una larga costa de arena, ideal para pasar el día alejado del ajetreo de una de las ciudad de mayor importancia del país, que se puede ver recortada sobre el horizonte, del otro lado del río.

La isla, de casi un kilómetro de largo por 200 ó 300 metros de ancho, tiene el transporte garantizado desde la Estación Fluvial de Rosario, una concesión privada del Ente Nacional Puerto de Rosario (Enapro) que adjudicó los permisos para armar paradores y plantó árboles para consolidar la arena y que brinden sombra a los visitantes.

Federico Stolar, director ejecutivo de la secretaría de Turismo de Rosario, afirmó que «hay una buena extensión de playa cerca de los paradores, donde se concentran los servicios y actividades con un estilo rústico e isleño».

No obstante, aclaró a Télam que se ofrecen minutas y comidas rápidas, carnes y pescados a la parrilla, jugos, licuados, tragos y cervezas, todo se acompaña con música, fútbol y vóley en la arena, deportes náuticos y alquiler de sombrillas y reposeras.

El visitante también puede llevar la sombrilla y la heladera para amenizar la estadía que se extiende a los sumo desde las 10 hasta las 20 en enero, o hasta las 19 en diciembre.

En los paradores, que llegan a tener hasta 200 cubiertos, se ofrecen sandwiches y hamburguesas, desde 60 pesos, y ensaladas de frutas, a 45 , y la especialidad regional: pescado de río, el pacú o la boga despinada a la parrilla, al chimichurri, al limón o al roquefort (entre 130 y 140 pesos) y el vacío con guarnición de verdeo, pimientos multicolor y papas españolas (110 pesos).

También son clásicos de temporada el sandwich de bondiola o de vacío, a 90 pesos, y las picadas, a 140 pesos para tres personas, que se pueden saborear rodeados de las golondrinas que suelen aparecer silenciosamente en los alrededores de las mesas.

Entre los tragos que ofrecen los paradores sale mucho el daikiri y el mojito de medio litro, por 100 pesos, en tanto la novedad de este verano son los sandwiches vegetarianos, con vegetales salteados, gratinados con queso, rúcula y tomate, a unos 80 pesos, y un «wok» de arroz integral con vegetales, a 100 pesos.

Para la tarde, hay gran demanda de licuados y aguas saborizadas, a 90 pesos el litro y medio, que en algunos casos se ofrece desde un pizarrón con el resto del menú, traducido al inglés, lo que es un dato significativo de la movida turística en estas playas.

En el área de playa se dispone de cancha de beach voley, ducha al aire libre y alquiler de sombrillas y reposeras (a 100 pesos), comentó a esta agencia Santiago Igarzabal, de Turismo de Rosario.

Los fines de semana y feriados se pueden comer también parrilladas con variados cortes de carnes y, en un amplio sector arbolado, es posible alquilar sillas y mesas a 50 pesos por unidad.

En la punta norte, lugar elegido por los amantes del kitesurf , se ofrecen diversos servicios para practicar y tomar clases de este deporte.

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