MIéRCOLES, 27 DE NOV

Cosquín 2017: un festival que vuelve a sus raíces y se posiciona

Terminó el festival de Cosquín. Gran acierto de los organizadores en la puesta artística. Igualmente quedan cosas por rever que resultan mínimas en un evento que a lo largo de su historia se ha caracterizado por los malos entendidos.

Hace tan solo tres años, Cosquín se sumía en una crisis institucional. Con un intendente acusado por corrupción y un festival que parecía no tener rescate el barco parecía hundirse y terminar a la deriva. Imposible olvidar las noches maratónicas donde la cifra de artistas era interminable y los compromisos políticos ineludibles para sus organizadores. Grillas de más de treinta artistas por noche y una fuerte intervención de la nación, no solo en dinero, sino sitiando la ciudad de Cosquín y entrometiéndose en la organización de las actividades del festival, cosa que a los coscoínos no les gustó nada.

Fue difícil sortear la tormenta, casi no se hace el festival el año pasado y algunos artistas de los más taquilleros no fueron de la partida. Otro de los conflictos fue la deuda que dejó la comisión anterior con pagos atrasados a algunos artistas. Igualmente, un buen festival no garantiza la buena imagen de un intendente ya que Gabriel Musso, actual mandatario, no tiene la aprobación de gran parte de la sociedad coscoína y atraviesa serios problemas para garantizar el servicio de agua corriente, sumado esto a problemas ligados a la infraestructura urbana de la ciudad.

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Hernán Lombardi y toda la plana mayor del socialismo santafesino

A Musso se lo vio muy cómodo con al arribo de toda la plana socialista, partido al que pertenece. La delegación santafesina llegó con altos funcionarios, entre ellos el Gobernador Miguel Lifschitz y el actual Presidente de la Cámara de Diputados de la Provincia de Santa Fe, Antonio Bonfatti, también presidente del partido. La visita de este plantel político, en conjunto con los artistas santafesinos, fue única ya que ninguna de las otras delegaciones fue acompañada por funcionarios de alto rango. Otro de los visitantes políticos ilustres fue el Ministro de Medios Públicos Hernán Lombardi quien ante el pedido por parte de Cesar Isella de un aplauso en una de las lunas, recibió una fuerte silbatina, dato curioso ya que Córdoba fue la provincia que más votó al PRO en las presidenciales.

Una programación pareja y diversa

Es destacable como el festival encontró un sano equilibrio entre los convocantes y los que se juegan por una propuesta artística más profunda, la pelea de muchos periodistas y folclorológos entre taquilleros y los que no cortan boletos quedó obsoleta y es materia del pasado, el público maduró, toleró a cada uno de los artistas entendiendo que la lógica de un festival es la diversidad, donde muchos comparten espacios e ideas. No faltaron los saludos en las conferencias de prensa y las preguntas ya cansadas y arcaicas como si Abel Pintos hace o no folclore. Otro detalle entre los no tan buenos fue el desprolijo manejo de la prensa, con falencias que denotan falta de profesionalismo, cosa ya común en Cosquín.

Con respecto a la programación fue prolija, sacando algunos detalles mínimos que no ocupan un grado de relevancia. Todos los artistas tuvieron el tiempo suficiente para expresarse. También los consagrados, ya que las actuaciones de muchos de ellos fueron de carácter conceptual, como la noche de Los Tekis y su luminosidad, Abel Pintos y el adelanto de su nuevo disco y Soledad en su estado más maduro festejando sus veinte años con el festival.

Otros artistas notables fueron los Carabajal con el festejo de sus cincuenta años, la presencia de los chilenos de Inti Illimani, Ángela Irene festejando sus 40 años con la música, Dino Saluzzi con su magia jazzística, Los Amigos del Chango, El Chango Spasiuk con su compromiso por la cultura y Víctor Heredia festejando cincuenta años de consagración en el festival con la acertada invitación de León Gieco para cantar dos temas, pero sin nada nuevo que ofrecer. También fueron atrayentes las actuaciones de José Luis Aguirre, Nahuel Pennisi, Mariano Luque y Ramiro González.

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Las cosas para olvidar de este Cosquín

Siempre el festival deja algunos lugares oscuros, sin embargo, este año fueron pocos los momentos olvidables. A nivel artístico, la presencia de Cesar Isella fue de lo más flojo, en conferencia de prensa habló solo sin que los periodistas emitieran preguntas. Otro espectáculo para el olvido: Un canto de Córdoba hacia el mundo, si bien el fin era interesante ya que promovía la lucha contra la trata de personas, musicalmente fue muy pobre.

La palabra y el canto comprometido

Otro de los ejes que atravesó el festival fue el compromiso social por parte de los artistas. Bruno Arias, Mariano Luque, Ramiro González y Rubén Patagonia, entre otros, fueron los que llevaron la palabra al escenario, no solo en canciones sino dejando en claro un mensaje en defensa del medio ambiente y las comunidades originarias. La Ley de bosques es uno de los problermas que atraviesa hoy a la sociedad cordobesa ya que en varias zonas se está desmontando el bosque nativo. El pasado sábado hubo una gran marcha por toda la ciudad de Cosquín que le puso visibilidad a este conflicto. Otro de los temas que se pusieron a la luz fue la situación de los pueblos mapuches y la represión de una de sus comunidades en la Patagonia. No faltó tampoco el conflicto con las mineras. Cada una de estas manifestaciones en el escenario tuvo fuerte respaldo por parte del público.

Los premios pasaron sin pena ni gloria para el publico

En la noche final se entregaron los tradicionales galardones. Además del Camin para Patagonia, el de Consagración fue para La Bruja Salguero, la riojana que, si bien es una excelente cantante, su espectáculo no fue descollante. Entre los rumores de la prensa en la tarde previa a los premios, no era nombre puesto, si lo era Nahuel Penissi y José Luis Aguirre quienes tendrán que esperar para otra oportunidad.

La revelación que se otorga a los ganadores del Pre Cosquín fue simultánea entre el dúo CheChelos y la Compañía de Danza Pucará, dirigida por el firmatense Alexis Mirenda. Además, hubo una justa mención para Luciana Jury. Por su parte, el premio que conceden Sadaic y Ancrof fue para la santafesina Patricia Ratti. Esta es otra de las cosas que tendrá que evaluar la comisión ya que para quienes estaban ahí pasó sin pena ni gloria, quizá el uso de herramientas más democráticas motive a los asistentes a sentirse parte de la premiación.

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Los números del festival

Otro vislumbre indispensable para hablar de mejoras es el buen índice de venta de localidades. La asistencia en general lució un aumento con respecto a otras ediciones donde había buenas noches y otras muy flojas, subrayando también que en ambos sábados la plaza superó el 70% sin ninguno de esos nombres rutilantes ni taquilleros, pero con las dos mejores programaciones del evento. La única noche en la que se vendió todo fue la encabezada por Soledad y Luciano Pereyra. Luego le siguió Abel Pintos (95 por ciento de ocupación), Los Carabajal y El Chaqueño Palavecino (90%). La más floja terminó siendo la noche de Los Manseros Santiagueños (66%) que en otras ediciones fueron furor. Sorprendió la última luna (superó el 80 por ciento) con los 30 años de Los Nocheros que en otras ediciones estuvieron en baja, inclusive con la plaza casi vacía.

El contexto y las peñas

Fue en este sector donde se notaron más los flacos bolsillos de la crisis. Lo que le dio durante mucho tiempo el espíritu a Cosquín viene en baja desde hace algunos años. Según manifiestan los organizadores los costos de alquileres y la logística es carísima lo que hace que este rubro no sea redituable. En esta edición solo hubo seis peñas, las más destacadas. La Casa del Sol del Sur de Paola Bernal y la clásica Salamanca a una cuadra de la Plaza. Algunos arriesgaron a más que los numero folclóricos, la peña de Maxi Banegas (sin parentesco con Horacio Banegas), trajo una noche al Polaco, pero esto no represento una suba en el corte de localidades.

De parte del municipio se inauguró otra peña oficial que se sumó a la clásica del centro de convenciones. Como acierto de la gestión, quienes entraban a la plaza, con la entrada tenían la posibilidad de pasar por ambas peñas. Será cuestión las próximas ediciones de sumar a los peñeros y generar un circuito donde todos salgan ganando. Con respecto a los precios, hubo consenso en los comercios y fueron de alcance para los turistas. Una de las cosas a revisar es el tema de alojamiento que sigue siendo e mala calidad y con servicios deficientes, también la limpieza otro tema de importancia, durante las últimas jornadas el olor nauseabundo podía olerse en la plaza y los alrededores.

Por: Diego Montejo (enviado especial)

Fotos: Gentileza FolkloreRosario.com.ar

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