Quinta luna: entre la reparación histórica y el recuerdo de los viejos bailes campesinos
Como una reivindicación a un grande de nuestra música Cosquin homenajeó con un ensamble de cuerdas y un seleccionado de músicos al Cuchi Leguizamón. También hubo emoción con La Callejera y su baile de campo. Jorge Rojas y sus hermanos fueron el espectáculo elegido por la platea.
- Espectáculos
- Ene 26, 2017
A principios del siglo pasado los bailes de pueblo eran todo un suceso, las orquestas recorrían enormes distancias para llevar su música a los campesinos sumidos en la pobreza, esto era la única diversión con la que contaban. Arriba de chatas improvisadas los músicos desplegaban su arte e ingenio y hacían bailar a grandes multitudes en patios de tierra de parajes perdidos de la Argentina profunda y olvidada.
Recuperando la esencia, el grupo La Callejera se retrotrajo a esos momentos y armó su espectáculo denominado: Gran Baile Folclórico. Entre fardos de pasto, banderines y atuendos de época la banda consagrada en Cosquín 2015 cautivó a la plaza con su nostalgia. Los temas más aplaudidos fueron Vals Provincia de San Luis y El corralero, también hubo paso doble. Después recibieron de parte de la Comisión de Folclore el Poncho coscoínoen manos de Carlos Pino (Los Trovadores) quien les delegó el padrinazgo de la prenda que durante cincuenta años estuvo al cuidado del grupo rosarino. Hoy a partir de las 12 se hará el espectáculo completo en la Peña Oficial.
Homenaje sentido a cien años del nacimiento del Cuchi Leguizamón
El Cuchi fue además de un gran compositor un tipo con un sentido del humor estupendo, cocinero y animador de veladas. Le gustaba mucho conversar y contar historias, sus canciones eran la carne del pueblo, sus pasiones y sentires. Cosquín estaba en deuda con él quizá porque fue adelantado a su época, un innovador que creía fuertemente en su obra y sus convicciones difíciles de torcer. Todos lo cantaron en el festival, miles de noches fueron terruño para su obra, sin embargo se fue del mundo de los hombres sin pisar el Atahualpa Yupanqui, a veces los homenajes son mejores en vida pero si es posible hacerse cargo de un error del pasado las cosas pueden equilibrase.
Nadie muere si hay memoria y El Cuchi nunca morirá, ya es paisaje y tierra en cada lugar donde se lo invoque a través de una canción. La noche de ayer cargó con la magia necesaria para traerlo al escenario y sentirlo tocar su piano y cantar. Hay hombres validos como Popi Spatocco que convocó a un grupo de artistas ligados a la música del compositor salteño: Liliana Herrero, Melania Pérez, Bruno Arias, Franco Luciani, Dúo Coplanacu, Chacho Echenique, Moro y Luis Leguizamón, Nahuel Penisse y la Bruja Salguero para celebrar un tributo colectivo comisionado por el festival de Cosquín.
Los Rojas y la fuerza de una familia
Como un gran bloque y unidos por un mismo deseo: el de cantarle a la profundidad de su Chaco Salteño, Jorge Rojas junto a sus hermanos: Lucio y Alfredo, montaron un espectáculo de jerarquía que les valió el aplauso de toda la plaza. Derroche de energía con voces equilibradas y cuadros de baile prolijos. La familia salteña demostró su valor y conexión con la gente que lo sigue, tanto con el repertorio folclórico como el de baladas. Parte de la presentación fue dedicada a su nuevo disco, interpretaron diecinueve temas con un show de más de una hora de duración.
También fueron de la partida: Pico Rubio, ganador del Pre Cosquín como solista instrumental, la delegación de Salta, Chechelos, ganadores del Pre Cosquin como mejor conjunto instrumental, Nombradores del Alba, Joel Hernández, Franco Ramírezy el cierre a cargo del rosarino Leandro Lovato que celebró sus diez años como consagración del festival.
Por Diego Montejo (enviado especial)
Fotos: Gentileza FolkloreRosario.com.ar