JUEVES, 28 DE NOV
Entrevista

Ale Orlando de Los Modernos: “Hacemos un humor blanco, no chabacano”

“El humor después del humor” es el espectáculo humorístico poco frecuente, de arrolladora elegancia y refinado buen gusto que tendrá función el viernes 29 de noviembre a las 21 en Multiespacio Nicasio. Uno de los actores diálogo con Conclusión.

 

“El humor después del humor” es el nombre del espectáculo que presentarán los actores Ale Orlando y Pedro Paiva, de la compañía Los Modernos el viernes 29 de noviembre a las 21 en Multiespacio Nicasio (Oroño 1055).

Un lenguaje teatral con código propio. Una escenografía mínima, pero sobre todo, un exceso de creatividad. Espectáculo de humor poco frecuente, de arrolladora elegancia y refinado buen gusto. Los Modernos, un misterio para ser develado, viéndolo…

“Empezamos en el 2002 y hemos ido mucho a Rosario y a casi toda la provincia de Santa Fe. Entonces tenemos muchas expectativas. Hemos discontinuado nuestras visitas, nuestra gira nacional porque Pedro, mi compañero de los Modernos que es uruguayo, se radicó en Pamplona (España)”, dijo Ale Orlando, integrante de la dupla humorística, en diálogo con Conclusión.

El actor agregó: “Nosotros vivimos de estos casi 22 años, unos 7 años en España trabajando, la mayoría del tiempo en Barcelona, mucho en Madrid, varias giras por toda España y en un momento de nuestro viaje, Pedro conoció a su compañera María Ángeles, que es de Pamplona y se quedó a vivir allí. Entonces cambió la dinámica de nuestra compañía de Los Modernos donde nosotros vivíamos, donde vivía la compañía”.

“En Buenos Aires tuvimos 5 años radicados después de que vinimos de Barcelona, de Madrid. Después nos radicamos en Córdoba y de acá salíamos para todos lados. Hemos tenido la suerte de llevar nuestro humor en ciudades europeas como París (Francia), Estocolmo, Upsala, y Malmö (Suecia), en México, en Chile, en Uruguay, en toda la Argentina y en esas giras nacionales íbamos mucho a Rosario. Me acuerdo que una vez tuvimos la suerte de reabrir la Sala Lavardén que había estado cerrada, y tuvimos un fin de semana de funciones con muchísima gente”, sintetizó el comediante y deslizó: “Así que nos tiene súper ilusionados y ya llevamos 10 funciones en gira. Acabamos de venir de Mendoza y de San Luis, sábado y domingo. Hoy descanso y ya preparando nuestro viaje para allá”.

-¿Cómo los recibe Rosario cada vez que vienen con su espectáculo?

Muy bien porque hacemos un humor totalmente distinto. Ni mejor ni peor que nadie, pero sí totalmente distinto. Todas las pautas son, es un humor, te diría, blanco, no chabacano. Un humor en el que jamás en la vida hemos subestimado al espectador. Tenemos una estética súper particular, somos dos masculinos con polleras, con suecos, con anillos, que eso está ligado un poco a nuestros comienzos, que fue en el 2002, plena crisis de la Rúa, escapando del helicóptero, corralito, yo hacía teatro en Córdoba y nadie venía al teatro. Había otras problemáticas, así que con el pelado (Pedro) empezamos pasando la gorra acá y teníamos que tener una estética llamativa para que la gente que no había pagado una entrada para vernos en un restaurante, en un bar, girara la cabeza y nos prestara atención 15 minutos. Eso se transformó de verdad en alud, porque al año siguiente estábamos vendiendo 30.000 tickets acá y no paró más.

-Fue todo medio vertiginoso…

Muy vertiginoso, te diría. Nosotros estrenamos el 3 de abril del 2002, ese verano siguiente hicimos temporada en Carlos Paz, no nos conocía absolutamente nadie y ganamos todos los premios de la temporada, por decirte algo que fue lo que captó la atención de la prensa. Y al año siguiente fue, muchísima gente venía a ver, algo nuevo, novedoso. Nos vamos a Barcelona, porque yo hacía una obra teatral de un catalán, ahí nos ve por decirte algo, Enrique Pinti, y no entendía, Enrique, qué hacíamos allí. Habíamos salteado a Buenos Aires, y él le dice a Lino Patalano, (que fue posteriormente nuestro productor, igual que el de Les Luthiers), que era algo nuevo. Enrique decía, ‘Esto es lo novedoso, esto es lo único nuevo que hay del humor’. Estuvimos cinco años en el Maipo, en Calle Corrientes, en Buenos Aires, viviendo con Le Luthiers.

No nos conocía absolutamente nadie y ganamos todos los premios de la temporada

Así que es una carrera súper increíble, un viaje maravilloso con Pedro, de muchísima dignidad de trabajo. Y lo más lindo que tengo para contar, que ha pasado el tiempo, porque el tiempo pasa para todos, pero hemos envejecido muy bien teatralmente, estamos de verdad. Venimos de hacer diez funciones, me atrevo a decirte que todas agotadas, en localidades de Córdoba, en San Luis, y el espectáculo sigue teniendo esa magia, esa potencia, que caracterizaba siempre a la compañía, no lo hemos perdido. Somos muy laburantes también, ensayamos un montón, pensamos el espectáculo un montón. El pelado (Pedro) que es el que escribe todos los textos, sigue escribiendo, sigue evolucionando, y nosotros hemos llevado nuestra estética al extremo. Ha cambiado y hemos cambiado con el tiempo, que significa, la dinámica hoy del zapping, de las redes sociales, que no podés ver nada que dure más de 20 segundos. Entonces nosotros con la evolución de los años, hemos ido también entendiendo esa dinámica, para no aburrir al espectador.

El tiempo pasa para todos, pero hemos envejecido muy bien teatralmente

Para ponerte un ejemplo gráfico, nosotros antes hacíamos textos que duraban tres carillas. Hablábamos del paso del tiempo, siempre, insisto, con humor, con reflexión, Ahora no puede durar más de media carilla. Y tenés que resolver todo eso estéticamente, el humor, la profundidad, el interés en el espectador en media carilla. Es un desafío, y ese desafío a veces sale mal. Y el espectador te lo hace saber todo. La última palabra siempre la tiene la gente. Y ya llevamos diez funciones y estamos muy contentos, de verdad, pero de verdad con el resultado artístico del espectáculo.

-Decías que Pedro armaba los guiones, ¿Ustedes siempre interpretan guiones de autoría propia?

Sí, todos. Todas las pautas son absolutamente originales. Después te puede gustar como cualquier obra de teatro, cualquier obra de arte, es absolutamente subjetiva. O te puede gustar otro tipo de humor. Te podés imaginar Córdoba, todos los humoristas de acá. Nosotros hacemos otra cosa. Todos los textos los escribe Pedro. También hay una curiosidad, no tenemos directores de escena. Yo amo el director de escena, porque vos tenemos una referencia constante de todo, nunca lo tuvimos. Y creo que sería contraproducente tener un director, porque nosotros sabemos, nos conocemos tanto la estética de los modernos, lo hemos creado entre los dos, que sabemos lo que tenemos que hacer.
Y después, para nosotros siempre menos es más. Un atril, dos actores comunicando un texto que tiene humor, poesía, reflexión, que tiene que bajar directamente el espectador. Cuatro luces, tres contras, dos frontales, no distraer nada al espectador. No tenemos pistas musicales. Cantamos canciones a cappella, que generalmente sirven (nosotros los llamamos como separadores), de un texto que venís hablando de los celos, y cantás una canción y te vas a hablar de cualquier otra cosa.

Y después, para nosotros siempre menos es más.

Esa dinámica, esa inmediatez, la hemos ganado, tenemos un ritmo endemoniado en el espectáculo, quiero decir, porque no somos dos académicos. Somos dos actores que están comunicando un texto. Sería un embole hacerlo nuestro, para que el público entienda, y eso históricamente fue así, y han pasado cosas preciosas. La gente viene una y otra vez a ver el espectáculo, y no es porque no lo entiendan, porque vamos muy rápido, y se pierden cosas, y dice, bueno, quiero volver a escucharlo, así que, es bonito haber creado algo tan nuestro. Cuando llegamos a Barcelona en el año 2003, que salteamos Buenos Aires, que es inevitable, y Rosario también, capitales, por lo pronto potencias teatrales de Argentina, nosotros en ese año ganamos el premio al mejor espectáculo teatral del año en Barcelona. Uno que siempre he mirado como a Europa como la vanguardia, dos tipos que empezaron pasando la gorra en un bodegón que todavía está abierto en Córdoba, que se llama Mandarina, nos habíamos convertido en vanguardia nosotros. Y eso nos permitió quedarnos cinco años viviendo allá, viajando por todos lados. Después nos tocó ir a festivales internacionales, fuimos a Monterrey, que compiten 24 compañías de todo el mundo, y ganamos nosotros.

Dos tipos que empezamos pasando la gorra en un bodegón, nos habíamos convertido en vanguardia

Cuando venimos a Buenos Aires con Lino, en el año 2006, ese año ganamos el premio ACE, mejor espectáculo de humor, compitiendo contra Les Luthiers, contra Capusotto, contra Alberti, contra Wainraich, y que eran cuatro de la terna. Y todo el mundo en ese sentido se sorprendía, y se sigue sorprendiendo por la propuesta. En esa época, cuando íbamos mucho a Rosario, hasta 2012  que Pedro (que me encanta, porque es la vida), decide irse a España a vivir con su compañera, entonces ahí cambia todo, y se corta de alguna manera esa inercia. Nosotros, como casi una banda de rock, vivíamos de gira.

-Tenían una vida media medio itinerante

Sí, totalmente. Por decirte algo, a la Patagonia la recorrimos dos veces, YPF nos compraba funciones, y salíamos, y nos íbamos 15 días. Al norte argentino, igual. Después de todo el país recorriéndolo y eso cuando vos, lo dejas de hacer, y además cómo han cambiado los tiempos,  con esto de las redes, terminan siendo más débiles los lazos, pero nosotros tenemos a Guido Salvador, que nos conoce de esa época, que es el que está programando la sala y el espacio, y él quiere llevarnos a toda costa, porque, ama lo que hacemos, respeta mucho nuestro laburo, y siempre es súper bonito el motivo de volver a Rosario.

-¿Cuáles son sus influencias humorísticas ?

Yo me atrevo a decirte que no tenemos influencias, pero lo digo con total humildad y sinceridad, aparte lo he hecho infinidad de veces. Nosotros, para hacer lo que hacemos, no hemos estado influenciados por nadie. Que nosotros amemos, aparte tuvimos la suerte, de conocer a los Le Luthiers, por decirte algo. Venían a vernos, y fuimos a comer con ellos. Con Musto, con Rabinovich, que vino a ver el espectáculo, me abrazó, íbamos al restaurante a comer, me dijo, ‘macho, voy a seguir tu carrera, hace mucho que no me río tanto con un loco haciendo teatro’. Y qué novedoso, nos preguntaban en la comida cómo hacíamos esto y cómo hacíamos lo otro. ¡Ellos, siendo los número uno mundial!. Pero también hablamos de las diferencias, porque históricamente siempre nos relacionaban a ellos, pero ¿Cómo nos relacionamos si hacemos un humor blanco? Un humor, no chabacano. Ellos son músicos, pero nosotros no lo somos, no hay puntos de unión, salvo estar de un lado del humor. Pero no hay puntos de unión, ellos tienen otra estructura para armar los textos, para desarrollar el contenido, la música, los gags. Lo nuestro posta que va por otro lado.

Nosotros, para hacer lo que hacemos, no hemos estado influenciados por nadie.

No hemos tenido influencia, y yo creo que cuando, (mirá que hago teatro de los 14 años, tengo 55), vivo haciendo cosas, porque cuando Pedro se quedó en España yo me vine a Córdoba a laburar de actor, no hago otro trabajo, estreno mínimo tres obras por año, cambiando el registro, hago drama, comedia,  tragedia, hago lo que haya que hacer que me enriquezca como actor, y te digo sinceramente, no podría haber salido algo tan original si nosotros hubiéramos copiado a alguien, eso se nota. Se notan las influencias. Después, insisto, te puede gustar más, te puede gustar menos, como cualquier hecho estético y artístico, pero va a haber mucho laburo y originalidad.

Link entradas para el show: www.ticketway.com.ar

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