SáBADO, 30 DE NOV

Hasta siempre, Omar «Negro» Palma

Omar Palma, ídolo eterno de Rosario Central, fue despedido con profunda emoción en el Gigante de Arroyito, donde miles de hinchas y personalidades del fútbol se reunieron para rendirle homenaje

 

Hinchas, personalidades del fútbol, familia y amigos, se reunieron este miércoles en el Gigante de Arroyito para homenajear y despedir a Omar Arnaldo Palma, el jugador más ganador en la historia de Rosario Central.  A pesar de las distancias, los que no se pudieron acercar al estadio lo hicieron a través de las redes sociales.

Uno de ellos fue Miguel Ángel Russo, otro histórico del Canalla quien, hace muy pocos días, estuvo junto a Omar viendo los clásicos de inferiores. Además, lo dirigió en su primera etapa como director técnico. También dejaron sentidos homenajes los compañeros del campeonato 1986/87 y la Conmebol 1995, los jugadores actuales del plantel, el presidente de la institución, Gonzalo Belloso, que apodó de «Superman» al Negro. Todos ellos se acercaron a darle el último adiós a la leyenda

 

EL SALUDO DE ZAMORA: EJEMPLO DE HUMANIDAD

Una rivalidad eterna bañada de amistad caracterizó la relación entre Palma y Julio Alberto Zamora, figura de Newell’s, quien supo distinguir que es lo realmente importante, dejó de lado todas las diferencias futbolísticas y despedió a un colega, a un compañero, a un amigo.

Un claro ejemplo de humanidad en tiempos de fanatismo enfermo que se vive en Rosario, donde la frase «Rivales, no enemigos» se ha llevado hacia el otro extremo, de ambos lados de la vereda, tergiversándose completamente y traspasando el límite de lo que debiera ser el sano y puro folclore futbolístico.      

 

EL SALUDO DE PERSONALIDADES Y OTROS CLUBES

Asimismo, instituciones donde jugó Omar, figuras, hinchas  y amigos que no se pudieron acercar, utilizaron las redes sociales para saludar al que nunca va a ser olvidado, a Omar «el Negro» Arnaldo Palma, el eterno 10.

 

Palma consiguió tres títulos con su amado Rosario Central, el Nacional de 1980, la Liga 1986/1987 y la Copa Conmebol 1995, el único en conseguirlo en el club. Además, también tuvo un paso como entrenador en 2011, cuando la institución de Arroyito militaba en el Nacional B. 

El también apodado «Tordo» por sus orígenes en Chaco era un auténtico armador de juego, con tanta calidad en sus pies que pudo desempeñar dos funciones a la perfección en su carrera: la de volante central y también la de enganche, debido a sus cualidades excelsas con el balón. Además, destacaba su pegada prodigiosa, autora de inolvidables golazos. Un disfrute verlo jugar tanto para los canallas como el público futbolero argentino en general.

Por esto mismo, se ganó el respeto de todo el país, incluso en instituciones rivales de los equipos donde se desempeñó, en una época sin redes sociales, donde había otros valores y el nivel de aprecio era sincero, genuino, más allá de las camisetas. Fue uno de los mejores 10 en su época, un momento donda la mayoría jugaba con volantes creativos. Podría decirse que incluso mereció una chance con la Selección Argentina en alguna Copa del Mundo.     

 

 

 

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