SáBADO, 30 DE NOV

Cristina Fernández declarará el 14 de agosto en la causa por el intento de magnicidio

El juicio por el atentado comenzó el 26 de junio último en los tribunales federales de Comodoro Py y tiene como acusados a Fernando Sabag Montiel, Brenda Uliarte y Nicolás Carrizo, integrantes de "La banda de los copitos".

 

Cristina Fernández de Kirchner declarará el miércoles 14 de agosto en el juicio que investiga el intento de magnicidio que sufrió el 1 de septiembre de 2022 a metros de su vivienda en Recoleta, en medio de movilizaciones en su apoyo.

El juicio por el atentado comenzó el 26 de junio último en los tribunales federales de Comodoro Py y tiene como acusados a Fernando Sabag Montiel, Brenda Uliarte y Nicolás Carrizo, integrantes de «La banda de los copitos».

La ex presidenta cuestionó que en los banquillos de acusados no estén los autores intelectuales del intento de magnicidio.

Con distintos roles, los tres son juzgados por «tentativa de homicidio doblemente calificado por alevosía, por ser planificado entre dos o más personas y agravado por el uso de un arma de fuego», acusados como presuntos autores materiales del intento de magnicidio.

A Sabag Montiel se lo ve en las imágenes del hecho -que pudo recuperar la justicia- apuntar hacia la cabeza de Fernández de Kirchner. El arma, una Bersa calibre 32, fue hallada después en el piso y entre el rastreo de nuevas evidencias se busca saber cómo obtuvo las municiones (tenía una caja en su casa).

Uliarte, en tanto, está implicada porque ese día estaba con él y se la ve irse del lugar con disimulo. Además, en la causa hay varios chats de Whatsapp donde habla de su plan de asesinar a la entonces vicepresidenta.

Carrizo, que tenía un negocio de copos de azúcar que la pareja vendía y usó como pantalla para estudiar la zona de la vivienda de Cristina, también mandó mensajes el día del atentado. «Recién intentamos matar a Cristina», «mi empleado le quiso disparar», decían algunos de los chats que envió esa noche el imputado, quien dijo incluso que creía que Sabag Montiel había usado un arma suya.

En el juicio habrá 277 testigos y una «instrucción suplementaria», con medidas que no se hicieron hasta ahora o que fueron deficitarias. Se hará, por ejemplo, un nuevo intento para realizar un peritaje del celular del principal acusado, que se dañó al comienzo de la investigación, el análisis de posibles movimientos de dinero de los implicados y la revisión de la actuación de la custodia.

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Cabe destacar que, en las instancias de instrucción, la jueza María Capuchetti descartó incluir a los autores intelectuales del intento de magnicidio: los abogados de la ex presidenta marcan que no se indagó en la pista Milman ni tampoco el financiamiento de la familia Caputo en Revolución Federal.

 

LA PALABRA DE CRISTINA

Tal como estaba previsto, Fernández de Kirchner dará su testimonio ya finalizada la feria judicial de invierno. Hasta ahora, su relato en la causa fue escueto, una breve síntesis de los hechos en la que aseguró que no se había dado cuenta de lo que había ocurrido hasta que vio la televisión. Tampoco lo notó su custodia.

El intento de magnicidio ocurrió el 1 de septiembre de 2022, en una de las manifestaciones que llenaron las calles linderas al edificio donde vivía en Juncal y Uruguay los días siguientes a que el fiscal Diego Luciani pidiera para ella doce años de cárcel e inhabilitación perpetua para ocupar cargos públicos en el juicio «Vialidad».

En esas jornadas de movilización, mucha gente esperaba que Cristina llegara del Senado y llevara ejemplares de su libro «Sinceramente», para que ella los firmara. En el momento en que Sabag intentó disparar, de hecho, alguien le tiró un libro y ella se agachó.

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«Nunca me pasó que revoleen un libro. Cuando pasa eso, me agacho a agarrarlo. Cuando me levanto, veo que se arma un tumulto de personas que agarran a una persona. Ahí recordé que el día anterior un repartidor había agredido a una persona de mi custodia y pensé que era un caso similar», testificó en su casa, después del atentado, ante la jueza María Eugenia Capuchetti y el fiscal Carlos Rívolo .

«Luego, termino el circulo, firmo unos libros más y entro a mi domicilio. Cuando venía en el ascensor, mi secretario Diego Bermúdez estaba muy nervioso y me dijo que creía que había habido un arma porque había escuchado un clic. Cuando llegamos al domicilio, nos sentamos en el comedor diario, vimos las imágenes y constatamos lo que había ocurrido. Ahí me empiezo a enterar de lo que había pasado», dijo entonces.

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