MARTES, 26 DE NOV

Católicos y Halloween: ¿Es peligroso participar?

Esta fiesta tiene un origen pagano que se remonta a Irlanda y un antiguo festival celta llamado Samhain, que significa el "fin del verano" y que se llevaba a cabo cuando terminaba la temporada de cosechas. La celebración transcurría entre fiestas, hogueras y ritos y servía de inauguración del año nuevo celta durante el solsticio de otoño.

A los católicos que se preguntan si es malo o no participar en fiestas, disfrazarse o pedir dulces en Halloween, tres sacerdotes ofrecen respuestas que pueden ayudarlos a despejar dudas y decidir lo correcto con libertad y conocimiento.

El 31 de octubre muchos celebrarán Halloween, una fiesta europea de raíces paganas donde los celtas celebraban el inicio de las cosechas, y creían que el dios de la muerte permitía que los difuntos vuelvan a la tierra para causar terror.

Algunos se disfrazaban de fantasmas y monstruos porque creían que así estarían protegidos de la maldad de espíritus malignos.

Tras la evangelización de los celtas, la fiesta adquirió un sentido cristiano y pasó a llamarse “All hallow’s eve” o “Víspera de todos los Santos”.

Sin embargo, con la llegada de los irlandeses a Estados Unidos, pasó a llamarse “Halloween” e incluyó la creencia en las brujas, fantasmas, etc. Según testimonios, grupos satánicos rinden culto al diablo esa noche y realizan sacrificios humanos.

Si eres católico y te preguntas si es malo o no celebrar Halloween, tres sacerdotes responden lo siguiente:

El exorcista P. Vincent Lampert, párroco de la Arquidiócesis de Indianápolis, en Estados Unidos, dijo en 2021 a CNA- agencia en inglés del Grupo ACI- que “el peligro de Halloween” no está en los disfraces o dulces, sino en que se “glorifique el mal” y se excluya a Dios.

“No creo que haya nada malo con que los niños se pongan un traje, se vistan de vaquero o Cenicienta y pasen por el barrio pidiendo dulces. Es una diversión sana”, dijo.

El exorcista advirtió que el problema es cuando se olvida a Dios, al punto que “la connotación religiosa se pierde y la gente termina glorificando el mal” con disfraces que buscan infundir terror o miedo, o practicando magia o brujería.

Además, aclaró que en Halloween el diablo no tiene poder por sí mismo, sino que “actúa por lo que la gente hace”.

“Tal vez por la forma en que se celebra ese día, se invita a que el mal entre a nuestras vidas”, explicó.

En ese sentido, animó a los padres que aprovechen ese día para explicar a los niños “por qué ciertas prácticas no conducen a nuestra fe e identidad católica”.

En su canal “Teología para Millenials”, el P. Mario Arroyo, doctor en Filosofía por la Universidad de la Santa Cruz en Roma, animó a que se celebre la Víspera de la Fiesta de Todos los Santos en vez de “satanizar el Halloween o decir que no se debe celebrar bajo ningún concepto”, pues es una “batalla innecesaria”.

El P. Arroyo recordó que en su infancia, al igual que muchos niños, “esperaba con mucha ilusión el Halloween”, pues iba con sus primos y amigos “a pedir dulces”; y aseguró que nunca tuvieron “la consciencia  de estarle dando culto al demonio” y todos hoy son “personas de bien”.

Para el sacerdote, el hecho de que la celebración del Halloween “incluye muchos de los elementos del imaginario cultural” y proviene de “una costumbre norteamericana o anglosajona no la hace mala. Que no sea una costumbre católica tampoco la hace algo malo”.

En ese sentido, afirmó que “una batalla muy buena” es “darle más realce a la fiesta de Todos los Santos. Eso me parece positivo, propositivo y auténtico”, y sostuvo que no hay motivo para “pelearme con Halloween” si “no hay ninguna invocación explícita al demonio”.

En cambio, llamó a los padres preocupados por el Halloween a cuidar a sus hijos de temas que sí les pueden “hacer daño” como el acceso ilimitado a internet, y a los jóvenes los llamó a cuidar su conducta y no excederse, por ejemplo, en el consumo de alcohol.

Por su parte, el famoso teólogo español José Antonio Fortea ha llamado a “usar el sentido común” y ha dicho que no es “demoníaco” o “negativo” si los niños participan en Halloween de forma inocente.

“No podemos decir taxativamente que es demoníaco” que los niños se disfracen en Halloween, dijo a ACI Prensa, “porque hay padres que realmente creen en Jesús, buenos católicos, que se limitan a poner un buen disfraz a su hijo, a una pequeña celebración en el colegio”, indicó.

Entonces, aunque los padres tienen “derecho de negarse” a que sus hijos se disfracen en Halloween, dijo, “tampoco vería yo algún problema en una cosa tan inocente”.

Recordó que hace 200 años, y hace 50 años en la sociedad cristiana norteamericana, celebrar Halloween “no tenía nada de malo”, pues “se reducía a disfrazarse y a visitar las casas”.

En esa época, dijo, “los disfraces eran muy inocentes y bondadosos. Uno se disfrazaba de zanahoria, otro de sheriff, otro de bombero, no había nada de malo”.

Explicó que el problema es que “esta fiesta empezó poco a poco a tomar unos aspectos más relativos a la brujería” y los disfraces ya no eran “inocentes”, sino “más sangrientos”.

“Claro, hay otros casos en los que el disfraz es tremendamente monstruoso, lleno de sangre, de vísceras, de cicatrices, eso es desagradable, eso no lo veo moralmente neutro”, precisó.

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