MIéRCOLES, 27 DE NOV

Monseñor Lozano: «Es un llamado a ponernos en las zapatillas rotas o los pies descalzos de los niños pobres»

En su carta semanal, el arzobispo de San Juan afirmó que en la jornada celebratoria "miles de familias se unen para honrar a los más pequeños, reconociendo la importancia de esta etapa vital en el desarrollo de cada persona", y "la inocencia, la alegría y el futuro de nuestra sociedad".

 

El arzobispo de San Juan, monseñor Jorge Lozano, exhortó hoy a ponerse «en las zapatillas rotas o los pies descalzos de los pobres pequeños muchas veces invisibilizados» y advirtió que la dirigencia de los diversos sectores y los adultos tienen un «papel crucial» para «buscar soluciones«, «proteger sus derechos y garantizarles un entorno seguro, amoroso y propicio para su crecimiento».

En su carta semanal, Lozano afirmó que en el Día de las Infancias «miles de familias se unen para honrar a los más pequeños, reconociendo la importancia de esta etapa vital en el desarrollo de cada persona«, y «celebrar la inocencia, la alegría y el futuro de nuestra sociedad«.

Pero alertó que «no debe limitarse solo a momentos de gozo», sino «debe ser una oportunidad para reflexionar sobre la realidad de aquellos niños, niñas y adolescentes que enfrentan adversidades socioeconómicas, educativas y de salud«.

Recordó que «la enseñanza de Jesús ‘les aseguro que si no se hacen como niños, no entrarán en el Reino de los cielos’ es un llamado a ponernos en las zapatillas rotas o los pies descalzos de los pobres pequeños muchas veces invisibilizados«. E instó a considerar «la imperiosa necesidad de brindar apoyo a los más necesitados«.

Lozano dijo que «la infancia es una etapa crucial en la vida de un ser humano, donde se sientan las bases para el desarrollo físico, emocional, cognitivo y social», en la que «los chicos experimentan un rápido crecimiento corporal que nos sorprende a veces mes a mes, para lo cual necesitan la alimentación adecuada». Y es una etapa «marcada por el aprendizaje, absorbiendo conocimientos y habilidades que los acompañarán a lo largo de su vida».

«Es una fase en la que se forjan los valores, las actitudes y las creencias que determinarán su comportamiento como adultos. Estimulación, afecto, ternura, cobijo, juego. Son las bases para un desarrollo pleno», amplió, informó la agencia católica AICA.

Destacó que es el momento en que «los adultos debemos recordar la importancia de proteger sus derechos y garantizarles un entorno seguro, amoroso y propicio para su crecimiento», haciendo foco «en la situación de vulnerabilidad que enfrentan».

Sobre la situación argentina, advirtió que «la pobreza, la falta de acceso a una educación de calidad y a servicios de salud adecuados son algunas de las barreras que dificultan la plena evolución de más de la mitad de los niños, niñas y adolescentes en el país».

«La falta de recursos limita su acceso a una nutrición adecuada lo que incide negativamente en su crecimiento. La miseria los expone a ambientes inseguros y carencias emocionales, aumentando el riesgo de que enfrenten abusos y situaciones traumáticas», abundó.

Precisó entonces que «muchos de ellos en la Argentina no tienen acceso a una educación de calidad» y así «se perpetúa el ciclo de pobreza y se niega a estos pequeños la igualdad de oportunidades para un futuro mejor».

Otro «aspecto esencial para el bienestar de los niños», destacó, es «la salud», y «el acceso a servicios adecuados es fundamental para prevenir enfermedades, detectarlas en el momento oportuno, tratar afecciones y asegurar un crecimiento saludable».

Lozano reclamó que «las autoridades del Estado, la sociedad civil y las organizaciones no gubernamentales tienen un papel crucial en la búsqueda de soluciones para mejorar la situación de los niños más vulnerables».

«Cuando construimos una casa es fundamental prestar atención a los cimientos, según la altura de la construcción proyectada. Me animo a decir que como sociedad no estamos aspirando llegar muy alto», sostuvo.

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