MARTES, 26 DE NOV

Reveladores testimonios de exorcistas sobre su lucha contra el demonio

El mundo tiene una especie de deslumbramiento con los exorcismos. Como si fueran el punto culminante de la lucha contra el demonio. Pero en realidad tienen sólo la más glamorosa versión hollywoodense.

Los expertos, es decir los exorcistas, creen que la etapa principal de lucha contra el demonio es la que se realiza antes.

Previniendo su influencia y limpiándonos de sus acciones evidentes y de las sutiles, y eso podemos hacer nosotros mismos sin llegar a la gravedad de recurrir a un exorcista.

Miralo de esta forma: Cuando se te hinchan los tobillos te tomas la presión y si ves que está alta, lo primero que deberías hacer es eliminar la sal de tu dieta. Y si aun así persiste deberías ir a un médico que te hará exámenes eventualmente te dará medicamentos. Y si tampoco se soluciona te dará pase a un cardiólogo.

O sea que son todas etapas desde la prevención hasta el combate de un fuerte mal ya instalado.

La lucha central de los humanos es contra el maligno.

La vida cristiana se caracteriza por una lucha contra las tentaciones. Porque cuando accedemos a ellas hacemos cosas de las que luego nos arrepentiremos. Y eso complicará nuestra felicidad y paz en la vida en la tierra y condicionará nuestra salvación. Las tentaciones provienen del maligno, por eso en el padre nuestro pedimos “líbranos del mal”.

Y San Pablo dice en Efesios 6 que nuestra lucha no es contra el mundo y la carne, sino contra el demonio y los espíritus malignos.

Esto también le sucedió a Jesucristo, porque en el principio de su misión fue tentado en el desierto por el demonio. Y sucedió también cuando estaba en la cruz y el poder de las tinieblas se depositó en el calvario. Todos los evangelios muestran que el enemigo central de Dios y de los seres humanos es el demonio.

Ya sea directamente atacando él mismo o atacando a las personas a través de las tentaciones del mundo.

Por un lado, el demonio ataca a los malos cristianos y a los negadores de Dios a través de las tentaciones, sujetándolos más al mundo, porque él es el príncipe de este mundo. Les suscita lujuria, orgullo, violencia, la búsqueda de riquezas y placeres mundanos…

Y también los lleva a un contacto más directo con él a través del espiritismo, la magia, la adivinación y otras prácticas y formas de vida oscuras. En general a los que están más cercanos a él no los posee, salvo que ellos quieran ser poseídos y pidan que el demonio tome el dominio de sus actos.

Pero en algunos casos intermedios se produce la posesión, y el demonio entra y controla las acciones de la persona en forma momentánea.

La mayor actividad del demonio es el ataque desde afuera, ya sea a través de las tentaciones, como dijimos, y mediante obsesiones, infestaciones y ataques físicos.

Estas cosas las hace para demostrar su poder, pero en realidad su táctica preferida es pasar desapercibido, porque de esa forma puede tentar a las personas y que no se den cuenta que él las está atacando. Y también el demonio ataca a los más santos, como forma de cortarles su entrega al Señor.

Un continuo entre la simple tentación y la posesión

El encuentro cara a cara con el diablo es el trabajo ordinario de un exorcista. No obstante, hay que recordar que la batalla contra el demonio es permanente para todas las personas.

Y el exorcismo es la última etapa, pero no la más común. Porque se puede parar antes la gravedad de la “infección”.

Y el maligno no opera con tanta visibilidad en todos, ya que trata de ser poco reconocible. Nuestra lucha diaria contra el maligno es no caer en sus redes ni ceder ante las tentaciones que nos presenta.

Por eso es necesario saber cómo se maneja comunmente el enemigo, que lo puedes ver aquí: 10 Tácticas Increíbles que usa el Maligno para hacernos caer.

Hay momentos en que los ataques del maligno se hacen sentir más en cada uno de nosotros. A través de tropiezos constantes que nos suceden, obsesiones, depresiones. Y en ese caso, son necesarias oraciones de liberación que puede realizar uno mismo. Eventualmente apoyados por otras personas que también oren con y por nosotros.

Si el mal se agrava, entonces queda el paso del exorcismo. Pero la táctica no la decide el damnificado ni su entorno, sino el exorcista. El padre Gabriele Amorth hace una clasificación de las actividades demoníacas en 10 instancias.

Diferenciando las más leves como ordinarias y las más intensas como extraordinarias.

Son las actividades extraordinarias las que merecen un exorcismo. Ver aquí.

La línea demarcatoria entre lo que es digno para aplicar el rito de exorcismo y no lo es, resulta laxa y la define el exorcista. Del mismo modo que define las tácticas a usar en cada caso y la frecuencia con que actuar con el rito.

Porque no necesariamente el exorcista puede desalojar al “intruso” de una vez.

Esta el famoso caso del Exorcismo de Marta, que es el caso mejor documentado de un exorcismo, en el que el padre Fortea luchó contra 40 demonios y le llevó del 2002 al 2008.

A partir de la clasificación que hace Gabriele Amorth podemos definir el exorcismo, diferenciándolo de la liberación. La que es bendecir y orar por un lugar o cosa, o para deshacerse de la influencia del mal.

El exorcismo es para expulsar a una entidad del mal que se ha instalado y produce efectos muy perturbadores. Se realiza con el Rito de Exorcismo de la Iglesia Católica.

Esto incluye males como el dolor físico causado por satanás, la posesión diabólica, la opresión, la obsesión, la infestación y la subyugación o dependencia.

A la mayoría de nosotros nos debería interesar la etapa anterior al exorcismo, porque es la más común. Ya que previene de males mayores y la podemos instrumentar nosotros mismos.

¿Qué pasa por la cabeza de los exorcistas? 

Para comprender como es que trabajan y en que se apoyan los exorcistas presentamos una serie de frases que reconocidos exorcistas han dicho, que revelan lo que tienen in mente.

Si leemos con atención estas frases podemos comprender que la posesión es fruto de un alejamiento de Dios y de la oración. Y un acercamiento a fuentes de ocultismo.

Y que más allá de la aplicación del Rito de Exorcismo, la eficacia del exorcismo depende de la vuelta sincera de la persona a Dios.

A la oración y confesión y el alejamiento del ocultismo. También nos permite comprender que el que actúa en el exorcismo es Jesús. Y que más allá que la posesión u otro fenómeno satánico sea perjudicial, es Jesús el que tomará el control.

Si se lo pedimos con corazón contrito y con fe.

Frases de los exorcistas

Cuando entro en una habitación para hacer un exorcismo, el diablo no me ve, ve a Jesucristo. Yo no soy un exorcista; soy un sacerdote que hace exorcismos. Mi gran potencia está en mi sacerdocio.

La confesión es más poderosa que un exorcismo. Una de ellas es un sacramento y la otra es una bendición. Una confesión vale 100 exorcismos. El diablo quiere destruir el alma, y el alma se cura por la confesión. Si la gente quiere disminuir la obra de satanás, debería aumentar el uso de la confesión.

Una vez que la línea con confesionario se hace delgada, la actividad de satanás aumenta. Para disminuir la obra de satanás, aumentar el uso de la confesión. El poder de satanás aumenta cuando las personas no creen que él sea real. Dios dice «Yo soy, el que soy», pero el diablo dice «Yo soy el que no soy».

Es mejor protegerse del mal que tratar de librarse de él. Mantente alejado de lo oculto, ora y frecuenta los sacramentos.

Es realmente la lucha del Señor. Yo estaba yendo en contra de un abuso ritual satánico y un mentor me dijo que tan sólo mirara al Padre. «Confía en el Padre, y no tienes que hacer otra cosa», dijo.

A veces la liberación [del mal] puede ocurrir instantáneamente o puede tomar un tiempo. Es una decisión deliberada desarrollar relaciones saludables, llegar a la reconciliación, y crecer con el Señor.

Estamos llamados a ayudar a la gente a ayudarse a sí misma.Voy a orar por la gente y decirles: ahora tienes que decir y hacer las cosas de manera diferente a lo que naturalmente dices. Es la naturaleza humana caer en viejos hábitos. La gente tiene que volver a Dios y orar por la gracia. Entonces tiene que estar dispuesta a aceptar esas gracias y tratar de hacer buenas elecciones.

Renuncia al ocultismo o al mal. Puedo orar por alguien, pero si la persona todavía está en sintonía con lo oculto, todavía va a ser influida por esto. Ella tiene que romper esa relación por su propia elección.

La ausencia de miedo es una gracia. Si dejo que el miedo me moleste, yo no puedo hacer esto.

Una mujer vino a mí preocupada por su hijo y la influencia del mal en su casa. Le dije que ella y su marido deberían tomar autoridad sobre su casa. En situaciones como éstas hay que declarar tu autoridad en oración; tú estás a cargo de tu hogar. Ella hizo eso y los problemas se fueron.

Había un espíritu que visitaba al hijo de alguien. Los niños vieron esto como ángeles o almas perdidas. A menudo te puedes meter en problemas si exploras esto. No ofrezcas ayudar o preguntar quiénes son. Deja que el Señor cuide de ellos y simplemente ora por ellos.

Mantente alejado del mundo psíquico. No trates de comunicarte con fantasmas o de ayudarlos.

La represalia es buena porque significa que estás haciendo lo correcto. Quita el drama. No es la peor cosa en tu vida. A los espíritus malignos no les gusta ser expulsados pero el Señor tiene algo que decir al respecto. No es drama, sino una respuesta al amor de Dios.

No es nuestra batalla; es la batalla del Señor.

Jesucristo es en última instancia, el que va a dar la libertad a la gente.

Yo ayudo a las personas de otras religiones, pero si alguien no tiene conexión con la religión, no voy a ayudarlo. No habría propósito en hacer un exorcismo si la gente no acepta crecer en la fe. Su situación podría ser aún peor. Se dice en Mateo 12:45 «Entonces va, y toma consigo otros siete espíritus peores que él, y entran a vivir allí. Y el estado final de aquel hombre resulta peor que al principio».

Las posesiones son raras. Sólo he visto dos en más de cuarenta años, pero entre la posesión y la tentación, el diablo también puede oprimir y crear obsesiones. Esas son situaciones donde diablo es capaz de acosar a la gente.

Un tablero de Ouija se asocia con actividades ocultas, y esto puede ser una forma de que la gente abra una puerta al mal. Las personas deben mantenerse lejos de cualquier cosa oculta. Puede ser que piensen que pueden controlarlos, pero no pueden. No hay que temer, pero debemos mantenernos alejados de ella.

Si alguien no tiene una vida de oración y de relación con Dios, entonces el exorcismo de él o ella podría ser como una puerta giratoria. El comportamiento de una persona es lo que permite a un demonio entrar. Es fácil que los demonios entren en personas que se abren a través de lo oculto.

Estamos viviendo en un mundo muy oscuro, pero no debemos temer porque la oración expulsa al mal y nos protege. La oración y la relación con Dios nos protegen del mal.

La gente se olvida de que no es una lucha entre dos poderes iguales. Dios es el Creador y el que creó al diablo. Dios será el vencedor. Jesús es Dios, y por el poder de Jesús, el diablo es vencido.

Acá traemos testimonios de dos extremos.

Por un lado el testimonio de un sacerdote norteamericano que actualmente se está entrenando como exorcista en Roma.

Y por otro lado podremos conocer como era una sesión de exorcismo del más veterano de los exorcistas, el Padre Gabriele Amorth, que si bien formalmente retirado en el Hogar Sacerdotal, tenía acondicionada una sala donde todavía hacía exorcismos de casos difíciles.

Testimonio de un sacerdote norteamericano en entrenamiento

“Nunca pensé que iba a terminar haciendo esto”, admite el sacerdote de mediana edad, cuyo camino inesperado para convertirse en un exorcista comenzó dice en una de sus primeras misas después fue ordenado hace 15 años.

“En el momento de la consagración de la sangre preciosa le pedí al Señor bañara con su sangre a la juventud, para ayudar a los jóvenes para que pueden tener una vocación al sacerdocio”.

La reacción inmediata fue que un muchacho de 13 años sorprendió al joven sacerdote.

“Se cayó hacia atrás y empezó a gruñir.

Y yo pensé: ‘¡No me esperaba esto!’”

Varios años más tarde,  él es uno de una nueva generación de exorcistas en formación a raíz de una decisión de los obispos de Estados Unidos en noviembre de 2010 para aumentar considerablemente el número de exorcistas, que actualmente se estiman en 50 en Estados Unidos.

Tres exorcismos al día 

El sacerdote, que es del Medio Oeste de Estados Unidos, que habló a la CNA conservando el anonimato, ahora se encuentra en Roma, enviado por su obispo bajo la tutela de los seis exorcistas oficiales de la diócesis de Roma.

En términos prácticos, eso significa que está “involucrado en unos tres exorcismos al día”.

Su curva de aprendizaje ha sido pronunciada.

“No hay dos casos iguales. Esa ha sido una verdadera educación para mí. El rito del exorcismo no es una fórmula mágica”.

“No es el diablo o el exorcista que está en el centro de esto, sino una persona está sufriendo mucho y que está en la necesidad de cierta liberación a través de Cristo”.

Recordando exorcismos recientes, este sacerdote relata: “Una vez que comienza el rito, normalmente comienza a manifestarse la posesión en la persona que sufre de diferentes maneras, violencia, cambio de la cara, el cambio de la voz”.

“Él solo quiere intimidar, pero básicamente hay que ignorarlo y decir ‘Hey, yo soy el que da las órdenes por aquí, amigo’”, y se rió.

Diálogo con el diablo

El conocimiento angélico del demonio, significa que los demonios son conscientes de que Dios sólo permite sus actividades diabólicas para lograr la salvación de las personas a través de ‘expiar el sufrimiento’.

“Estas personas que sufren se están convirtiendo en santos (por) la ofrenda de sus sacrificios que Dios entonces recibe. Y con ello bendice a grandes partes de la Iglesia en todo el mundo”.

“Cuando uno se lo recuerda al diablo, le hace poner furioso porque sabe que está perdiendo y por lo tanto él quiere conseguir lo que pueda, mientras que él pueda.

Si él no puede ganar las almas de esa gente, quiere al menos hacer sus vidas miserables”.

Un exorcista, ¿dialoga con el diablo?

“Sí, les hago una serie de preguntas:

¿Cuál es tu nombre? porque cuando se utiliza su nombre en un comando esto lo debilita”.

Una vez que un demonio le da su nombre, el exorcista entonces le dice que salga y también podría preguntar ¿“cómo entró y cuando va a dejar a la persona”?

“Pero es como si todos ellos han sido entrenados de la misma forma, dicen ‘Nunca le voy a dejar’, ¡pero lo harán algún día!”

La clave es limitar el diálogo, dijo el exorcista en entrenamiento: “Usted no debe hacerles preguntas sólo por curiosidad, eso no es saludable”.

También es posible “tirarle cosas solo para humillar al demonio, como invocar la presencia de santos, ángeles de la guarda y – el más temido de todos – Nuestra Señora.

Es entonces que realmente se puede ver que hay un cambio en el comportamiento del demonio”. El final del juego a menudo viene cuando el diablo se revela en ataques de ira y violencia, “es cuando es común que lance espuma por la boca”.

En el caso de la maldición se rompa, la persona “va a comenzar vomitando objetos que se utilizaron en la maldición o, ya sabes, el vómito o saliva cambia de color claro a oscuro».

Es entonces el exorcista sabe: “Estoy golpeándole la casa, esto realmente está siendo eficaz y son buenas señales. No es agradable de ver, pero tú sabes que estas siendo efectivo aquí”.

El diablo odia la familia

El exorcista estadounidense en entrenamiento explicó que las causas de la influencia demoníaca varían de un caso a otro. Y el impacto de los efectos del demonio también cambia con cada caso.

Pero un factor que parece ser una base común para la gente bajo el dominio del diablo son “heridas profundas en su vida y, sobre todo, en su familia, sobre todo cuando los padres han tomado malas decisiones y, al hacerlo, han invitado mala influencia en su casa”.

Y enumera cosas tales como “infidelidad conyugal, aborto, hacer las cosas que rompen la familia”.

“Una familia es un icono; es una imagen de la Santísima Trinidad. Es por lo que el diablo odia tanto a la familia”.

El testimonio de un exorcismo del padre Amorth

Un periodista del Washington Post visitó la vivienda del Exorcista Gabriele Amorth, un hogar sacerdotal, donde hay acondicionada una habitación para que Amorth realice. El padre Gabriele Amorth hoy es fallecido.

La vivienda del exorcista más conocido de la Iglesia Católica es un lugar sin pretensiones. Una pequeña habitación en el tercer piso de una casa para sacerdotes ancianos escondida en un rincón oscuro del sur de Roma.

El reverendo Gabriele Amorth tiene mas de 90 años. La habitación es austera, equipada con una cama de hospital y numerosas imágenes de Jesús y la Virgen María. Luego están los recuerdos, que Amorth comenzó a recoger después de ser nombrado exorcista en la década de 1980.

Ha llevado a cabo miles de limpiezas espirituales, desde entonces. Manteniendo sólo algunas de las partes y detalles que le gusta llamar “las cosas expulsadas por la boca”.

Clavos. Llaves. Cadenas. Figuritas de plástico.

Sus servicios, aunque de gran demanda, no siempre son necesarios.

“La mayoría de las veces no hay presencia diabólica real, y mi trabajo radica en sugerir a los que vienen vivir una vida de fe y oración”, dijo.
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Y esto es suficiente para calmar los temores de aquellos que temen los males del diablo».

Pero otras veces, dijo, “hay realmente una influencia diabólica.”

Dos veces, Amorth dijo, vio a las víctimas levitar. “Tratamos de mantener a la persona en el sillón”, dijo, y agregó que los demonios “lo hacen sólo para mostrar».

Los periodistas se aprestan para presenciar un exorcismo

Una hora más tarde, Anthony Faiola y un colega italiano son invitados a presenciar un exorcismo.

Su habitación para el exorcismo es una cocina modernizada, con azulejos blancos. Hay una gran estatua de la Virgen, en la que se fijan constantemente los ojos de Amorth, está en una esquina de la habitación.

Él se pone una sotana negra y una estola púrpura mientras consuela a un ama de casa napolitana de 40 y algo.

Su pelo está bien peinado, sus zapatillas son brillantes y lleva gafas de sol Bulgari. De hecho, la mujer, que da su nombre sólo como Antonella, parece perfectamente normal al principio. Pero eso va a cambiar.

A diferencia de los rituales rápidos que aparecen en las películas, los exorcismos reales son más de fuego lento. A menudo con años de ritos repetidos antes de la gran limpieza.

Antonella, que viajó hasta Roma desde Nápoles con su marido, Michele, para su último exorcismo, afirma haber estado poseída por varios demonios durante 17 años.

Tanto ella como Michele culpan de la aflicción a la maldición de un amigo sin hijos, adorador del demonio, que dicen envidiaba la fecundidad de Antonella como madre de dos hijos.

Ellos sabían que algo estaba mal, dijeron, cuando Antonella comenzó a lanzar ataques violentos después de recibir la Eucaristía en la Misa.

Y entrar en trances en los que hablaba arameo y alemán – idiomas que ella dijo que nunca ha estudiado.

Normalmente se necesitan tres hombres adultos para contenerla, dijo la pareja.

Después de cuatro años de exorcismos con Amorth, sus ataques se han vuelto cada vez menos violentos. Ella dice que ha comenzado a ver el proceso como un tratamiento a largo plazo de una enfermedad terrible del alma.

La sesión de exorcismo 

Después de una ronda de oración, Amorth, ayudado por tres asistentes, finalmente lanza su ataque espiritual. Comienza a cantar en latín, mandando a los presuntos demonios dentro de Antonella a revelarse.

Varios minutos pasan antes de que Antonella reaccione. Ella comienza a ahogarse, tosiendo con flema. Ella gime y se revuelca de ida y vuelta, como si por el dolor, ella exigiera que pararan el canto. Amorth se niega, gritando: “¡Dime tu nombre!”

Antonella se retuerce en su asiento, con silbidos, “¡No! ¡No!”

Ella niega con la cabeza, sus ojos están en blanco en la parte posterior de las órbitas.

Con voz alterada, ella dice: “¡No lo haré!”

“¡Dime tu nombre!” Amorth repite, hasta que finalmente ella escupe un nombre: Asmodeo, el demonio de la tradición bíblica.

“¿Cuántos son ustedes?” demanda el sacerdote, repitiendo la pregunta mientras Antonella gruñe y sacude la cabeza con violencia.

Finalmente, ella responde desafiante: “¡Somos cinco!”

Amorth luego hace la señal de la cruz en la frente, lo que provoca que retroceda. El canto y las bendiciones se prolongan durante varios minutos antes que Antonella se calme.

Diez minutos más tarde, ella vuelve en si como de un sueño. Ella abre los ojos y se deja caer en la silla. Después de su pelea con los demonios, Amorth simplemente se encoge de hombros. “Eso”, dice, “fue una luz.”

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