Por Gisela Gentile

Samantha Pilar Aguirre tiene 27 años y desde fines de febrero es profesora de matemáticas, rompiendo las barreras de los prejuicios logró concretar este gran objetivo. Dentro de muy poco estará frente a un alumnado que además de números, aprenderá sobre diversidad e igualdad de derechos.

La joven oriunda de Villa Gobernador Gálvez es la primera docente transgénero en recibirse en el instituto Olga Cossettini. El título debió brindársele con el cambio de identidad de género contemplado en la Ley 26743.

Conclusión dialogó con Samantha con el fin de profundizar y reflexionar sobre educación, sexualidad y superación. “Comencé estudiando ingeniería civil en la UTN, pero llegué hasta las tres cuarta parte porque me di cuenta que no era lo mío. Me gustaban los números y las matemáticas pero desde otro lugar y allí pensé en la docencia, me gusta enseñar y poder dejar un aprendizaje en el otro”.

No es tarea sencilla sobreponerse a los obstáculos y la mirada prejuiciosa de una sociedad que muchas veces discrimina. “Me encontré con algunos profesores que me miraban un poco raro como si fuera diferente, y como también aquellos que me contuvieron, con los cuales me abrí y me apoyaron fraternalmente.

“Pienso que los profesores que se dedican a formar docentes que luego trabajarán con adolescentes deben estar formados en lo referido a género. Ellos tienen la obligación de dar el ejemplo no sólo en diversidad sexual, sino en la cultural, económico, etc.”, enfatizó Samantha sobre aquella minoría de formadores que en algún momento la discriminaron.

“En cuanto a mis compañeros pasó lo mismo, hay de todo, puedo decir que tengo colegas recibidos con una mente muy retrógrada”.

Hace dos años, comenzó a “transicionar”, su cuerpo le decía que algo debía cambiar para poder estar en armonía consigo misma. “Siempre me sentí mujer, pero viví la mayor parte de mi vida pensando que tenía una orientación sexual homosexual y con una expresión de género varonil. A los 25 años empecé con síntomas que desencadenaron una neurosis obsesiva que me produjo una importante depresión y pensamientos muy agobiantes. Lo que me llevó a realizar un tratamiento y actualmente lo continúo, por suerte pude salir adelante. Fue una manifestación de que algo debía cambiar, traerlo al plano consiente y debía llevarlo a cabo”.

Samantha terminó sus últimos dos años de carrera con una expresión femenina, “cuando atravesé ese problema de salud nunca dejé de cursar, iba como podía, tenía que estudiar para poder rendir, nunca bajé los brazos. Cuando decidí cambiar mi expresión de género me abrí con los profesores que siempre me apoyaron y pude hablarlo para poder transitarlo”.

Una gran parte de la sociedad no está preparada y aún se cierra a las diferentes expresiones de género, “tengo siete hermanos, vivo con uno de ellos, en mi caso particular mi familia no acepta mi condición. Por eso es tan importante este título para mí porque me significa la independencia económica tan deseada”.

El gran día fue el 28 de febrero, a Samantha la esperaban amigos que siempre confiaron en ella. Junto a una compañera de cursado realizaron una exposición final sobre la etno matemática, la exposición fue tan brillante que obtuvieron un 10. Sin lugar a dudas la flamante profesora pretende enseñar mucho más que matemáticas, “quiero trabajar en una escuela pública y poder estar con adolescentes y transmitir no sólo conocimientos sobre números, sino contar por todo lo que pasé. Ellos van a ver una mujer transgénero, entonces como alumnos van a querer indagar el por qué, y ahí está lo interesante. Más allá de la burla, que puede estar, sé que voy a poder transmitir cuestiones de género y diversidad sexual. Me gustaría trabajar en pos de llevar a cabo la implementación de la ESI (Educación Sexual Integral), formando a alumnos y a docentes. Poder de alguna manera descartar este binarismo que marca el hombre y la mujer cuando existen muchas más orientaciones, condiciones y géneros”.

“Es importante estar en la formación de estos adolescentes que serán adultos más adelante y podrán tener una visión más abierta en lo que refiere a sexualidad. Pretendo lograr aulas diversas en donde no haya discriminación”, concluyó la docente.